ENCONTRANDO EL SUR II

Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.

Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.

La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.

Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.

El sol de Rio Negro, edición de la mañana.

miércoles, 25 de abril de 2012

De oca a oca



El Salvador, Honduras y Nicaragua (Zacatecoluca, Sta. Rosa Lima, Granada, Isla Ometepe) 759 km, 4852 m+ 


De oca a oca y tiro porque me toca, o mejor dicho de puente a puente y cruzo fronteras porque me lleva la corriente.
Me entraron las prisas. Las prisas del que no sabe dónde va, del que “necesita” avanzar en el mapa por haberlo dejado mucho tiempo abandonado.
Después de unos días de largos kilometrajes me llega mucha información del camino hacia el sur. Veo a todos mis ex compañeros por delante de mi, corriendo como locos y empiezan las cuentas, el cálculo de las estaciones, el donde me agarrará la sesión de lluvias, y si llega el invierno?, _Debo llegar antes, afirmo en voz alta.
Por primera vez aparece un destino, un objetivo, una meta en mi mente y con ello la planificación hasta ahora evitada, escondida en el desván de mis intenciones. Allá a lo lejos aparece la silueta difuminada de Tierra de Fuego fustigada por el látigo de la urgencia.  Confieso; me da miedo.

Para llegar a la frontera de El Salvador tengo que cruzar mi primer par de puentes. Es día de cruce de frontera (ya sabéis, esos días que no me gustan nada) y pienso; a ver que me espera. Pues un tipo superamable que no me pone sello pero me regala un mapa y  me explica los atractivos turísticos de su país. Esto es otro mundo.
Camiones cargados hasta las cartolas de caña de azúcar bañan con dulce aroma la calzada. Desperdigadas sin orden, casas de barro agarrado a rejillas de madera que albergan a personas humildes, económicamente muy humildes. Al otro lado de la carretera el mar, pero hasta alcanzarlo montañas y cortados le dan al lugar una pincelada bucólica. Y entre este paraíso, urbanizaciones de lujo, con lujosas mansiones con un costo superior al que ganaran todos sus empleados en cuatro vidas de trabajo. Este es el mundo de los contrastes, el del rico muy rico y el pobre muy pobre. Sera el modelo a implantar en el resto de nuestro mundo????


El calor cae a plomo, cada bocanada de aire que inspiro quema como el sorbo de la taza de café recién servido. Por favor que alguien apague la estufa!!!!
45º de temperatura me obligan a beber al menos 7 litros de líquido en 7 horas y ni una sola visita al baño. Solo chorros de sudor que me dejan la indumentaria como si me hubiera caído a una piscina. Las altas temperaturas y lo largo de las jornadas me obligan a empezar a rodar a las 7 de la mañana como tarde.  De este modo vivo mi llegada al clima tropical.

Mientras tanto sigo traspirando alcalinos (sudando como un perro), y el desconocimiento, la falta de costumbre, los desniveles, o lo burro que soy, me dan un toque y me echan a un lado de la cuneta maltratado por la fuerza del sol. Allí me recogen los guardas de una de esas urbanizaciones que os he contado y soy el invitado estrella (no hay mas). Planto mi tienda en un tramo de césped frente al mar y a escuchar historias del FMLN (lo que fue la guerrilla salvadoreña).


Cruzo El Salvador en tres días, son tres días de trabajo, muchas horas sobre la bici y muchos mangos regalados en la cuneta. En una de estas que son las 12pm, uno de los momentos culminantes de calor, ves al frente una gran sombra que ocupa media carretera, piensas … esas es mía, y cuando llegas te la encuentras repletita de mangos maduros. Te sientas y a comer dulce. Ya empachado ves al fondo de la carretera, entre la distorsión gaseosa que genera el calor, la silueta de un carrito. Es un espejismo piensas, dos minutos mas tarde llega el espejismo. En mitad de la nada, con 40º de temperatura a la sombra, aparece un tipo  empujando un carrito de helados. Redios!! Dame una paleta de fresa. Luxio (léase Lucio, pero así rotula su hija pequeña su nombre en el carrito) se gana la vida con este aparato al que empuja por kilómetros llevando helados a los pueblos más alejados y aprovecha para hacerme feliz.


La gente acá vive con miedo, se respira en sus gestos, en sus saludos, en el ritmo de la vida. Al caer la tarde en las plazas no queda nadie, mas que los borrachos que creen no tener nada que perder. La desilusión está presente.



Y con estas sensaciones me dirijo a Honduras, ese país donde me han dicho que igual que aquí llevamos el móvil ellos llevan una arma colgando (no es cierto). Pues otro puente y otro rio para cruzar la frontera/verdulería. Casi sin espacio para alcanzar el puesto de migración que está rodeado de vendedores de cd´s piratas, de frutas, de licuados y de negociantes peleándose entre ellos por echarte una mano y así ganarse algunas monedas que le solucionaran el día a él y a su familia, consigo un nuevo sello en mi pasaporte.


Los rostros y las conversaciones con los hondureños son similares a las de sus vecinos. Desearían tener trabajo, tener mas seguridad, menos chorizos en el sistema estatal………………. nada que no desearíamos nosotros. Así que en medio día me fumo Honduras, ese país que me trajo el recuerdo de lo que es el peligro real. Las carreteras tienen un arcén intransitable y los camiones te silban al oído recordándote que están muy, muy cerquita de tu pellejo. Y si la entrada fue por la verdulería la salida la realice por la taquilla del cine de verano. Confirmado, esto es otro mundo.

Me doy prisa, cae la tarde, cruzo otro puente mas y llego a Nicaragua. Esta frontera parece mas “formal” debe de ser por el dinero que te sacan extra a la entrada. Dibujado en las pupilas del funcionario el símbolo del dólar y yo sin ganas de discutir después de 160 kilómetros y seriamente amenazado por una tormenta llego al primer pueblo nicaragüense al mismo tiempo que lo hace el alumbrado de las farolas. Hoy han sido nueve horas y cuarto de pedal.
Otro día mas, otra sandia mas!!, me las como casi de una sentada, que dolor de barriga. Los puestos de fruta en la carretera son para morirse. Sandias saturadas de agua fresca a 2 coras (medio dólar), piñas con un sabor a caramelo como nunca probé, bananas rojas…..., no sigo verdad? Todo esto te hace parar y recuperar energías con gran ilusión.

Contra la contra, NO PASARAN, y es que Nicaragua es Sandinista, algo parecido a decir que son todos del osasuna. Las pintadas de rojo y negro invaden las calles, las farolas, los arboles……….aqui es el FSLN quien esta muy presente.
Tomo un día de descanso en León antes de ir a Granada y es que 700 km en 6 días se lo merecen y la verdad lo necesito.


Para salir de León me tatúo el plato grande en la pantorrilla. Si, la bici se cae y arrastra parte de la carne de mi pierna. Sangre y dolor. Pongo rumbo a Granada; viento de cara, camino largo, el corto esta sin asfaltar, mis piernas echan humo, me he quemado los muslos con el sol.
Continuo, el tesón es una de mis virtudes o de mis desgracias.
Cayendo la tarde busco donde dormir, no encuentro, estoy a las afueras de Managua, todo edificios no hay campo, nadie me da una mano, lo reintento, acabo preguntando en un hotel, imposible, carísimo, insisto, casi no se ve y…….. veo. Los Laureles, parece que habrá suerte, pues toma motelazo de carretera con alquiler por horas de habitación.


Una vez en Granada siento que las ciudades coloniales son como el ajo, me repiten. Esta tiene su encanto, no cabe duda, (es la primera ciudad que se fundó en América en tierra firme) pero me voy, agarro el ferry y cruzo el lago Nicaragua para llegar a la Isla Ometepe, la mayor isla del mundo en agua dulce y su lago  repletito de tiburones que hace miles de años se adaptaron a este tipo de agua.
Isla con un par de volcanes, uno de ellos activo, unidos por sus propias erupciones y en la que todo emana azufre y armonía.



En la ascensión al volcán Maderas la luz, de forma dubitativa, se filtra  a través del tupido ramaje de esta jungla. El cedazo que forman las ramas no la deja pasar a su antojo creando un juego de luces sobre la senda. Una vez arriba baño en el cráter del volcán que ha sido ocupado por una laguna y corriendo para abajo que empieza el atardecer adornado por los gritos de los monos aulladores. No me quiero perder este momento desde el tejado de la Finca Magdalena, cafetal en el que resido.
   

  


La salida de Nicaragua a través de un rio porque en esta ocasión no hay ni puentes. He de tomar una lancha que me lleve entre la selva un par de horas para alcanzar la frontera con Costa Rica. Sigue la aventura.

Todo esto que leéis y que yo vivo es muy bonito, divertido, admirable………………pero algo que no podía dejar de escribir porque también lo he visto, compartido y sentido es lo siguiente.
No deberíamos olvidar que dentro de nuestro mundo hay otro que nos parece lejano o de documental. Y allí 1500 millones de personas pasan hambre a diario y 2000 millones viven en situación de extrema pobreza. Esta, es su principal pertenencia, porque no tienen ni agua potable, ni sanidad, ni educación. Que en ese mundo, que es el nuestro, el 50 por ciento de los trabajadores gana menos de 2 dólares y que no tiene ningún tipo de contrato ni de protección social. Que cada tres segundos muere uno, y la crisis que nosotros medimos en parados ellos la miden en muertos.


Todo esto me hace sentir una vez mas un privilegiado y también responsable.

"Hay algo que no podré perdonarles nunca a los políticos: que dejen sistemáticamente sin argumentos a mi esperanza."

           Miguel Torga, (copiado del blog de Navia http://jmnavia.blogspot.com/ )



Desde mi cielo donde no dejo lugar para guerras ni guerrillas, para héroes ni heroínas. Un sabroso abrazo amigos.


1 comentario: