ENCONTRANDO EL SUR II

Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.

Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.

La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.

Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.

El sol de Rio Negro, edición de la mañana.

domingo, 23 de octubre de 2011

El Gran Cañón del Colorado


EEUU  V (Monument Valley, Grand Canyon, Flagstaff) 445km, 3795m+

Pensé que el haber estado durante un mes en zona cañonera iba a servirme de vacuna ante  el Gran Cañón del Colorado. Los otros cañones recorridos en pequeñas dosis serian esas inyecciones de antígenos que  te suministran para posteriormente volverte inmune. Y  que después de haber rodado, andado, nadado por el interior de varios de ellos, el Gran Cañón podría no llegar a impresionarme.
Nada  mas lejos de la realidad, todo lo contrario, cuanto mas te inyectan, mas te gusta. No he sido capaz de crear anticuerpos que me inmunicen ante tanta belleza y si llegue a crear algunos estos se rindieron inmediatamente. Llegado este momento me pregunto que diferencia hay entre las vacunas y las drogas?? Porque cuanto mas viajo, mas ruedo en bici, mas subo montañas, mas me gusta.

“Como todas las drogas, viajar requiere un aumento constante de las dosis”

                                                                                                        John Dos Passos

La retirada de territorio navajo fue como la llegada. Carreteras sin arcén, solitarios kilómetros y preciosos atardeceres acampados al borde de la ruta. Todo ello me condujo al Gran Cañón. Llegue al atardecer con el tiempo justo para poner la tienda y volar camino de sus laderas. Quería contemplar la caída del sol. Una vez allí vuelve otra vez la auto pregunta del mes. Pero esto es de verdad posible?. Luego te pellizcas, esta ya es la fase de confirmación total, es una realidad ante ti.  Este espacio es un “gran espacio”, algo descomunal, su desmedida grandeza te hace sentir pequeño, verdaderamente minúsculo.
Los del periódico del parque lo describen como  “la mayor exhibición geológica de la tierra, es el conjunto de dimensiones impresionantes –la combinación de profundidad, anchura y longitud- lo que diferencia el gran cañón.”


Esto no se lo quiere perder  ni el Tato. 
Un par de accidentes y un toque de aviso de mi cuerpo me hicieron parar un poco. Aproveche la buena ubicación del camping para pasar unos días de “reposo”. Y es que llegué allí percutio. Llevaba el dedo gordo de un pie morado e inflamado. El caballo me lo había pisado seriamente hacia una semana y el color del dedo adoptaba una amplia gama de morados dependiendo del día. Posteriormente a la llegada, Abisinia intento tirarse al suelo (lo consiguió), la cogí al vuelo y me lleve un pellizco entre la rueda y el guardabarros, parecía que tenía una sardina arenque en la pierna, otro morado p´al body. Finalmente al levantarme uno de mis ojos parecía robado a Urtain en sus peores momentos (deportivos). Un peazo de orzuelo no me dejaba abrir bien el ojo y yo sin la llave hueca que todo lo cura. Vamos que estaba pa´joderme.


Unos cafés (2) de litro, de los de aquí, me hicieron remontar el vuelo y después de otro café (3) estaba viendo el atardecer desde otro de los puntos interesantes del parque. Flípalo men. Al día siguiente, unos sanguis, algo de agua y me voy de excursión.

Trece meses de antelacion son los que necesitas si quieres recorrer el Cañón en mula.
Te ves en el borde del precipicio, en el borde del barranco, al fondo, allí a lo lejos, 1500 metros mas abajo el rio, empiezas a descender. El cañón te engulle, un camino en zigzag bastante vertical te permite sumergirte en él. Trascurridas unas horas de paseo te ves allí abajo rodeado de impresionantes crestas, de coloridas capas de  tierra  bien diferenciadas. Cañones laterales para darle mas énfasis al desorden de tierra que te rodea y un poco mas abajo, ya cerquita de ti, el responsable de todo esto, el rio Colorado. En una zona desértica como esta no falta el agua, el  rio viene desde las rocosas y no deja de fluir dando forma a este paisaje.  Parece una maqueta gigante de museo la cual emula un corte perfecto en la tierra, donde se pueden observar los diferentes materiales que la componen. Allí abajo sientes como la naturaleza te ha ganado una vez más el pulso, has perdido el control y es que estas en clara inferioridad. No eres nada ante ella, ante su grandeza. Sensaciones que había sentido sobre la tierra, en montañas, ahora llegaba a sentirla bajo ella, en un cañón.
La música suena todo el día en los cascos, hace que mis sentidos estén aun mas sensibles, mas abiertos y es que hoy los riega el Morente. El Gran ENRIQUE tampoco ha querido perdérselo. He descubierto este video y me tengo que quitar la gorra (aunque se me vea la calva) ante este hombre una vez mas, grande.
Esto fue un 15 de octubre, a la llegada al camping hoy música a lo lejos, muy lejos, muy muy lejos. Creo que eran Las Ketchup y cantaban algo así “aunque parezca mentira me pongo Colorado cuando me indignas” era algo confuso, un “déjà vu”.
Y me voy camino para Flagstaff, porque esto se acaba. Me quedan pocos días de visado y mucho por recorrer, me tengo que acercar a la frontera mejicana. Son los dos últimos días que voy a rodar por USA y  los disfruto a tope. Carreteras sin tráfico, lindas montañas y la colorida llegada del otoño me hacen empezar a sentir nostalgia de lo que aún no he dejado atrás y estoy a puntito de abandonar. Dos días de despedida bicicletera fantásticos.
 La llegada a la ciudad fue algo surrealista, entro en ella ruedo unos kilómetros y cuando paro a coger el papel donde había anotado la dirección de Eddie, por arte de bicibirloque compruebo que estoy en la puerta de su casa. Ahora me doy cuenta que ese día debía de haber jugado a la lotería. Y para lotería la que me toco llegando a esa casa. Compartimos un día a tope, me lance a por mí tercera tortilla de patata del viaje, Ojos de Brujo en la radio y unas cervecitas torpedo hicieron que me sintiera como en casa, y os aseguro que cuando uno lleva mucho tiempo fuera de ella llegar a sentir esto o algo mínimamente parecido es la hostia.
"Subete a mi tren azul"

De remate a la mañana siguiente salgo a la calle con mi cámara y después de mas de dos años empiezo a hacer otra vez el tipo de foto que me gusta, los rincones, las gentes, los siento, los disfruto, me veo torpe, la falta de práctica, qué bueno!!!!! se acaban las pilas. Solo necesitaba tiempo y paz.
Pero esto no había terminado, a la mañana siguiente llegaron Nan y Gary. Pareja ciclista, no se puede decir que fueran jóvenes, enamorados hasta las trancas, con planes de largo viaje y largo tiempo en ruta, y una excelente filosofía en su manera de viajarlo. Con ellos rematamos la faena, hicieron una cena de rechupeteeeee y pasamos otro divertido día, parecía que estuviéramos de viaje fin de curso. Gracias a los tres, fue fantástico.

Cogí el tren Destino San Diego, llego con retraso de mas de una hora, casi pierdo el transbordo en Los Ángeles pero es que allí llego también tarde. En la estación me espera Brad con su camión para poner mi equipaje, la inmensa caja donde está encerrada Abisinia como si de una contorsionista se tratase, y me lleva a su casa donde me está esperando Ann y una habitación donde descansar el tiempo que necesite, después de 20 horas de tren es mas que necesario. Quizás el cansancio también estaba ocasionado por haber comprobado el peso de mi equipaje. En la estación confirme que era mayor del cálculo mental que daba por bueno. La bici y las alforjas, sin agua y sin comida es de más de 60 kilos, si a esto le añadimos mi peso, estamos hablando que en esas cuestas por las que he rodado debía de arrastrar unos 140 kilos sobre mi bicicleta. Agotador solo de pensarlo.
Después de cuatro meses en tierras de america del norte estoy preparado para abandonar otro país y otras costumbres. Cuando me preguntan de donde eres, al responder de Madrid siento que estoy mintiendo. Y es que cada vez tengo mas la sensación de ser de donde mis ruedas rulan y de donde mis huesos abrazan la tierra cada noche. En unas ciento veinte noches que llevo de viaje, he dormido siete de ellas en cama, el resto, al suelo, al terruño, energía de la madre tierra siempre cercana.

Aquí empieza un nuevo viaje, ya no tendré que estar todo el día alerta con el lenguaje. Es agotador no dominar una lengua y tratar de comunicarte y aprender a diario. También dejo “el primer mundo” para ir a zonas mas pobres. El clima y las playitas van a ser un gran cambio de paisaje, la gastronomía….supongo que van a ser muchas cosas las que hagan esto se transforme en un tipo de viaje diferente hasta el ahora rodado, pero eso ya lo veremos.

“….mundo y todos buscando un sueño cambiamos así de rumbo.
Si profunda es la distancia, profunda es la lejanía, en un alma peregrina no existe ciudadanía.
La bandera es un dilema, la patria y la geografía.
Donde quiera que este yo siento que esta tierra es mía.
Caminos que te separan y te obligan a escondidas a ser cautivo de idiomas e ideologías”
                                                                                       X Alfonso, Habana blues BSO

Anunciaros que cierro por vacaciones, cruzo mañana la frontera vía Tijuana y me voy una semanita a la playa, alli me espera una princesa, una princesa  azul para un principe marrón. Que pasa? En todos los trabajos se fuma. Mas información a la vuelta de publicidad.





Desde este cielo que es el mío y también el tuyo, porque él no conoce fronteras. Desde este cielo que no entiende de barras y si de estrellas. Desde su luz donde solo muere, sin lucha, rendido, el atardecer. Un grueso abrazo amigos.

sábado, 15 de octubre de 2011

Aladino viaja a Monument Valley






EEUU IV (Bulfrog, Blanding,Monument Valley) 317km, 3749m+
 
Si llevas dos días dando tumbos por una ciudad que desconoces y estas mas perdido que el Peñón de Gibraltar. Si por mas que lo intentas no lo consigues. Si cada vez que rozas tu ansiado objetivo este se derrumba ante ti. Si cuando estas intentando no hundirte en mitad de la calle, tomando aire, serenando tu frustración, alguien sale de su tienda a buscarte y una vez te encuentra te ofrece su ayuda. Eso como se llama? Yo todavía lo flipo. 

Así empieza la historia de una amistad.
Mark estaba en su tienda de bicicletas (saturdaycycles) tratando de vender una de esas bicicletas de marca Italiana que llevan asociadas unos cuantos ceros a su precio. Vio entrar en la tienda a un chaval en busca de ese repuesto que se le resistía, y es que el tipo de neumático que necesitaba ya no se vende, no está en catalogo. Un rato mas tarde, mientras seguía intentando vender la bici, pregunto a su compañero, - que neumático se ha llevado?, -ninguno, le respondieron, parece que va a necesitar uno de los buenos si va para Sudamérica y aquí no lo tenemos. Con las mismas salió a la calle en busca del derrotado ciclista. Una calles mas tarde lo encontró, apoyado contra una señal de tráfico,  mesando su poco poblado bigote como si de una lámpara mágica se tratase y…………… si, salió el genio, y le concedió su deseo y muchos mas que ni siquiera él hubiera imaginado.
Entramos de nuevo en la tienda, encontramos un neumático parecido, hicimos cábalas. Si él hacia el pedido el lunes, la semana próxima la tomaba de vacaciones, entonces me podría entregar el neumático en el Cañón del Colorado. De paso si me apetecía podría pasar unos días  en su barco. Como se te queda el cuerpo?? Ahora mismo os acordáis del logaritmo neperiano de…………, verdad?
Todo esto ocurrió en Salt Lake City antes de  pasar unos diez días encañonado (estos días ya los has leído y si no estas tardando) y llegar a Bulfrog.  Allí se encuentra el lago Powel, un embalse del Colorado. Un lago de unos 230 km de largo y con un perímetro de mas de 2500 kms, con profundidades en algunos puntos superiores  a los 150 metros. Las paredes de roca del cañón  se elevan dando forma a esta inmensa bañera.
Mark, de rostro serio a cachondo en cero coma.

 Mark estaba esperándome con  “ese peazo de cacho de barco” (léase con la musicalidad de Chiquito de la Calzada), con el neumático y con una panda de catorce amigos/familiares. 
- Esta es tu casa, aquí hay comida y bebida suficiente. No se del tiempo  que dispones, pero puedes quedarte todo el que quieras. Ese monologo, un sanguis, un par de cervezas y en paseo en lancha motora por unos pequeños cañones fueron el recibimiento.  Ah!!!!! y una ducha, que después de nueve días era algo vital, me estaban subiendo los niveles de uranio en sangre.
El esquiador es Peter, Mona, su chica, es la que esta sentada a mi derecha.
Hice del puente de mando ubicado en la cubierta mi vivienda, allí coloque todas mis pertenencias  incluida  Abisinia. Le prometí a mis piernas descanso y al menos de dar pedales se lo di. Fueron días de excesos, nadábamos en la abundancia. La primera mañana nada mas zarpar el barco y tras un copioso desayuno empezaron a rular los cubatas, a las 11.30 media tripulación brindábamos al grito de “Cuba libre” pronunciado en un perfecto castellano, y a eso de las 13.30  algunos de los libertarios estábamos durmiendo la mona/siesta.

Alguna noche, en la velada, llegamos a formar un dúo humorístico, “Los Presidents”. Él, Mark Kennedy (nombre de familia), yo, George Reagan (nombre artístico). Fueron días de excursiones en lancha motora, baños en mitad de los cañones que navegábamos. Te metías en el agua mirabas hacia arriba y veías las cúpulas formadas por la parte superior de las paredes, música celestial. Fueron días de ski acuático, en silla, en tabla, en patín, todo valía para las sesiones de mañana y tarde. Fueron días verdaderamente de no parar, de no tener un segundo de reposo, siempre había multiactividad. Todo esto hacia que al llegar la noche, cuando extendía mi saco en la cubierta del barco bajo un espectacular cielo estrellado, mi mente siguiera ocupada. El entusiasmo, la emoción, que se me salía por la boca, no me dejaba dormir. Trataba de utilizar el remedio de la magdalena. Cuando toda la tripulación dormía, bajaba a la cocina con una pequeña linterna y “robaba” una de las magdalenas gigantes destinadas al desayuno de  la mañana siguiente, ni por esas.  Buena música para rematar los cuatro días. Los Zeppelín, sonaban cada vez que teníamos un momento estelar, estaban conmigo. Desde aquí, gracias a todos ellos por hacerme sentir como uno mas.
Abisinia ,levita acidamente, no quiso perderse la fiesta.
 
La soledad, esa a la que he malaprendido a tener miedo desde pequeño,  esa misma  a la que abrazo con ansia en otros  momentos, cuando  llega de sopetón es así como fría. Mi  mente ya empieza  a conocer  y a manejar ciertos sentimientos cuando se avecinan.  Después de quince días rodeado de espectacular belleza y de cuatro días teniendo un “hogar”, se te avecina de nuevo una vida solitaria. Te vienen a visitar los “madres mías”. El “madre mía que hago ahora” el “madre mía que hago aquí” el “madre mía si estuviera en mi casa”. Pero ya sabes como lidiar con ellos.  

 Te ves  las cuatro de la tarde en un solitario cruce, abandonado, ellos vuelven  todos emparejados a sus hogares y tu solo con tu bici y vuelta a empezar.  Carretera, tranquilidad, todo llega. Atardecer y acampada en el borde de un acantilado, de verdad, de película. De nuevo trece horas de sueño y es que no quiero mas días de reposo como estos.

“Triste melodía suena, son las gotas al caer,
 los caminantes ya se fueron, y el silencio frente a frente,
 yo me quedo muy callao, mejor no digo por decir,
 sentado observo conmigo, ojos p´adentro p´afuera no ven.”
                                                                                                 
                                                                                             Macaco. “El murmullo”
 
 Los siguientes días fueron de trabajo, mucho trabajo. Cuando digo trabajo, quiero decir que hay días en los que hay poco tiempo para el disfrute. Son días en los que agachas la cabeza, clavas la mirada  y casi no la levantas del manillar. Pedalea, pedalea mas, cocina y al sobre a descansar, trabajo. Hay días que te cuesta arrancar a cantar,  incluso hay días que consiguen que no cantes. Curiosamente esos suelen ser los que llueve. Un mal cálculo, mejor dicho un no calculo, hizo que tuviera que pasar dos noches y tres días con la reservas que llevaba de comida y casi sin gasolina para cocinar. Esto significaba, espaguetis mezclados con un sobre de sopa para cenar, y el resto del día sangüis de manteca de cacahuete con porridge sin cocer de relleno.

Desniveles muy superiores a los acostumbrados, frio, lluvia y un viento de cara como nunca había sufrido en una bicicleta marcaron la tónica de los días venideros. Lo dicho, días de duro trabajo, muy duro trabajo. Y es que hay que contarlo todo.  No por todo esto el paisaje era menos espectacular, resaltar el Cañón Blanco, ruedas en medio de un valle con sus montes rojizos a los laterales y al lado de la carretera el suelo se hunde dando forma a este cañón. Lo tope de lo tope, dos cañones en uno. Otro es  el cañón gruyere, este topónimo no aparece en los mapas, se lo acabo de poner.  Paredes agujereadas como si los roedores fueran los responsables de la erosión.
Pero, todo tiene un principio y un fin, y todo trabajo tiene su recompensa, es algo que tengo comprobado desde hace años de una forma empírica. A la llegada a Monument Valley el agotamiento me empujaba directamente a recorrer los siete kilómetros que faltaban para llegar al camping, sin pasar antes a buscar un contacto que tenía en el colegio del pueblo. Mira tu por donde que en mitad de mi camino, cortándolo, me encuentro un autobús escolar al que casi sin fuerzas me acerco para preguntar a su conductora. Conoces a Pat?  - Claro es la directora y el instituto  esta aquí justo a tu espalda. Redios!!!!, no me lo creo. Llego, pregunto, y allí estaba esperándome. La habían llamado anunciando mi llegada, sin fecha concreta, pero llegada. Gracias Norma, gracias Pat. 
Instalado en un barracón del centro me encuentro como en un Palacio, agua caliente, un baño, ducha, que maravillaaa. Me levanto al día siguiente con  legañas coralinas, aun cristalizadas por la mezcla de lagrima y tierra colorada incrustada por el viento (y es que las duchas de agua caliente no habían podido  llevárselas). Me acerco a ver a Pat para ofrecerle mi colaboración en lo que sea necesario y me ofrece compartir el día siguiente con Larry, navajo (no de Albacete) que va a subir a caballo la Navajo Mountain. No me lo pensé ni una decima. Día de descanso tras haber pasado por el súper. Varios días pasando penurias me trajeron de nuevo las mismas ansias alimenticias del Conde de Montecristo recién fugado. A la mañana siguiente madrugón y al galope.

Día espectacular, si. Subimos a la montaña sagrada de los Navajos. Sus 3175 metros  hicieron que el  frio fuera  intenso, cumbre nevada, niebla, vistas sobre los cañones de la zona, comida en casa de una familia navaja como despedida……. . Hubo un momento que me sentí identificado con los caballos. Estábamos subiendo una pendiente, la verdad el camino era una continua pendiente mas de mil metros de desnivel, y el jadeo de un caballo me hizo mirar hacia atrás. Tras de mi un caballo con las crines empapadas en sudor, la mirada perdida. Sus músculos marcados, tensos, se podían observar  tras la cortina de vaho que producía el cambio de temperatura entre el sudor que cubría todo su cuerpo y el frio día, y nosotros encima de ellos. Me vi a mi mismo reflejado en esa cara, en ese cuerpo. La misma imagen que cuando encaras una de esas interminables pendientes y arrastras todo tu pesado equipaje a lomos de tu bicicleta. Me impresionó. Curiosamente el nombre de mi caballo era Afortunado (Lucky).



Hay momentos en los que la pereza, la apatía, pueden destrozar la mejor de las películas. Así se presentaba la mañana de visita a Monument Valley, no había ganas de ná, pero una vez allí al ladito no podía dejar pasar esa oportunidad. Lo que vi, lo que hice, os lo cuentan las fotos. Un verdadero sentirte dentro de un western y un verdadero monumental paisaje.  

Eres tu John Wayne?, Germánico, eres tu John Wayne o lo soy yo?    Los Enemigos
 
La tecnología ha hecho que me conecte con mis amigotes, los de siempre, los de la edad media, y compartamos un rato. No olvidar a la cantera que viene pegando fuerte. Vitaminas para la mente y recuerdos de tapeo por las plazas del barrio. Que bueno veros. 

Abisinia en la actualidad podría decirse que es un casi triciclo, sus tres neumáticos y dos ruedas le da un aire de viajera de largo recorrido. Da un poco de vértigo solo el pensarlo. Realmente lo que necesita es un túnel de lavado, casi un mes entre estas tierras la han dejado como los calcetines de Nadal después de ganar Roland Garros, roja y polvorienta.  Yo lo que necesitaría es una peluquería, pero me acaban de llegar noticias de que voy a tener peluquera particular en breve, esa si que es otra Historia, que sera tambien narrada.

Abandono la reserva Navaja que como todas las reservas no son mas que guetos. Lugares en los que no hay ningún tipo de posibilidad de desarrollo económico = pobreza. La historia se repite alrededor del mundo. Y mis bielas vuelan al Gran Cañón del Colorado, después de un mes rodeándolo voy a poder verlo. Agárrate que vienen curvas.


Desde mi afilado cielo, consecuencia del pertinaz viento Navajo, un abrazo amigos.
 

Se abre la sección de dedicatorias. Gracias genio por dar linda forma a  mi viaje. 







lunes, 10 de octubre de 2011

El tamaño no importa.


La ABA, (Asociación de Blogs de Autoayuda) presenta;

Un teatro lleno, cientos de personas, la presentación de su ultimo ocho mil, el gran Carlos Soria (desde aquí todo mi respeto y admiración), un turno de preguntas.


     -          De todas  las montañas que has escalado, cual es la mas espectacular?

Silencio en la sala, todo el mundo espera oír una del Himalaya.

-          Hace años cogí mi furgoneta y a toda la familia, fuimos al Atlas en Marruecos, esa es la que me trae más gratos y espectaculares  recuerdos.


Otro teatro lleno, cientos de personas, presentación de su última película, (acaba de subir los 14 ocho miles del planeta),  Alberto Iñurrategui y un turno de preguntas.


      -          Cual es el ocho mil mas espectacular que has ascendido?

-          Para mi los mas espectaculares son los nueve miles. Todas las tardes después de comer mi mujer, mi hija y yo nos damos un paseo por el monte que hay detrás de casa, esos son las mejores.
“Esas son las pequeñas cosas que le dan significado a la vida”  o  “…….acabamos de pasar quince días en los Pirineos, bueno, ya sé que comparado con tu  aventura esto no es nada” son frases últimamente repetidas y que rechinan en mis oídos, que retumban en mi mente.


Al igual que los objetos no tienen color, su  color depende de la cantidad y el tipo de luz que reflejan. Al igual que la luna lunera no tiene luz propia y la luz que nos muestra es el reflejo de la luz que recibe del sol. El tamaño de nuestras aventuras es  tan grande como la  luz que se refleja  de nuestra ilusión al vivirlas. El tamaño no importa, el verdadero tamaño se lo otorga la energía que mueve dentro de nosotros.  No hay aventura pequeña, por definición.
"No es más quién más alto llega, sino aquel que influenciado por la belleza que le envuelve, más intensamente siente." (Maurice Herzog)

Ah, no nos olvidemos que la vida en si es una aventura.

sábado, 1 de octubre de 2011

Encañonado


EEUU III (St George, Zion, Bryce, Escalante, Burr trail, Bullfrog)  508km, 5783m+
Si ya sabía yo que no tenía que haber venido. A donde vas a ir como esta el mundo? Mira a ver donde te vas a meter? Y que razón tenían, a ver como explico donde estoy metido.

No sé si habéis tenido alguna vez la ocasión de sentiros como si estuvierais en otro planeta, sentiros totalmente desubicados al estar en un medio absolutamente desconocido. Esta es la sensación que tuve la otra tarde al coger la bici y tener el privilegio de recorrer en soledad, el cañon de Zion. El silencio, sentirte continuamente intimidado por gigantescas paredes rojizas  a ambos lados del camino, la luz que asoma por la parte superior otorgando grandes contrastes al rio que lo recorre, la inocencia que te concede la primera vez.  Allí estaba yo, como un extraterrestre, encañonado.

Pero vamos a empezar donde lo dejamos. Me levante a la mañana en ST George,  con todavía un cierto…… abatimiento? . Era la resaca de los días pasados de trámites y traslados. Esa sensación fue tan efímera como  lo que tarde en ponerme el culote y el maillot, además estaban recién lavados  y eso siempre ayuda. En lo que echó a rodar Abisinia, yo ya estaba cantando y después de unos cuantos kilómetros y  conquistada una buena cuesta se abrió ante mí un nuevo mundo, allí estaba. Acababa de llegar al desierto, acababa de llegar a tierra de cañones.

Voy a recorrer alrededor de un mes  la zona del Gran Cañon de Colorado, antes de que se me acabe el visado, luego ya veré como llego a la frontera. Aquí hay entre parques nacionales, estatales, monumentales, etc …unos veinte parques diferentes. Hay tal concentración que me dejare mas de la mitad sin visitar. Para mi va a ser algo nunca visto y esto me resulta muy excitante, serán unos mil y piquísimo kilómetros, pero tiene una pinta alucinante.


Con las mismas y un poco mas llegué a Zion, el primero de los parques en el camino. Su arena roja, como la tierra batida del Rolan Garros, sus paredes con antojosas y  nunca repetidas formas, sus ríos tan tranquilos como la paz que transmite el lugar. Aquí hace calor del de verdad, he cambiado los osos, alces y mosquitos por lagartos, serpientes y escorpiones. Esa misma tarde no pude dar descanso a mi  sobrexcitado y pasado de vueltas corazón. Recorrí el cañon en bici. Que puedo deciros……, como dirían las Azúcar Moreno, “solo se vive una vez ¡!”


Al día siguiente recorrí a pie dos de los múltiples senderos del parque. El primero Agels landing, lo flipas, cornisa aérea de mas de un kilometro, ayudado el paso por cadenas y cumbre en un monte en medio del cañón, semejando una isla. Desde allí tienes una panorámica de 360º de fliparlo. Mi menda no llegó, la verdad es que me cagué. La razón/excusa es que cientos de turistas con mucho miedo y ninguna experiencia hacen cola para darse paso a la par que arrastran el culo por el suelo en las zonas peligrosas, una locura en mi opinión. Así que me fui a otro de los senderos, Narrows. Este transcurre por el fondo del cañon, donde este se estrecha y sus paredes se retuercen hasta casi tocarse. Muy lindo verte allí dentro.

La salida del parque no fue menos espectacular, puerto de unos cinco kilómetros que asciende por  las laderas de esas inmensas paredes. Allí han construido un  túnel que tras unos diez minutos (en auto, no esta permitida bici) te traslada de nuevo a otro mundo, aquí el parque tiene unas formas mas suaves. Las paredes no son tan elevadas pero con una mayor variedad de formas y colores.

Para llegar a Bryce NP pasé por Red Canyon, un pequeño cañon que te va anunciando lo que te espera. Ya en el camping conocí a Jackie y Chad, pareja ciclista de Florida. Compartimos parcela de camping y finalmente compartimos día de recorrido turístico. Reservaron para los tres plaza en un bus que recorre el parque, nuestras piernas querían dejar la bici aparcada. Por la tarde paseamos el recorrido que recorre el 80% de la gente que visita Bryce. Turismo de Tour operador.
En ocasiones llego a un lugar idílico, lo estoy disfrutando en soledad y llega un autobús. Baja una manada de cámaras fotográficas portando a un turista cada una, disparan a todo lo que se menea y  a la voz de mando del chofer vuelven apresuradamente al autobús dejando tras de ellos nube de polvo. Cuando esta se disipa aparezco yo, como si de un comic de Ibáñez se tratase, pisoteado y ninguneado por todos ellos que no tuvieron tiempo de verme. Esta vez elegí ser de la manada. Viaja que algo queda.


Así pase mis días en este parque, en su monumental anfiteatro  construido diariamente por la naturaleza. Miles de chimeneas formadas en una tierra de tonalidades rosa y salmón. Las puedes observar desde diferentes miradores o recorrer por su interior. Llegada la noche el cielo de esta zona es espectacular. Debido a lo poco poblado de la región no hay contaminación lumínica y se observan las estrellas con gran nitidez. Yo todas las noches antes de acostarme me doy un paseo para bajar las judías y aprovecho para ver un poco “mi” televisión, echan siempre una serie de estrellas fugaces (parecidas a las de operación triunfo).
El día arranco perezoso, el frio del amanecer te arrecia y no te deja moverte con soltura, estamos durmiendo a casi tres mil  metros de altitud y eso se nota al caer la noche. Inicié el camino camino de mi cita, y para ella elegí el supermercado del pueblo. Si, después de tres meses iba a poder ver a mis padres por el interné. Gracias a las nuevas tecnologías y a la colaboración de Tere a los teclados, ahí tenía a mis padres. Tan contentos por ver a su hijo  y comprobar que  además de tener pintas de piojoso , se le ve muy delgado y feliz. Esto les hace sentirse felices y orgullosos  a la vez que tristes. Intuyen que no va  a volver tan pronto como ellos querrían. Padres, un besazo lleno de respeto y amor.

“Por volver como eres,
por volver como somos,
por la inmensa sonrisa de tus cansados ojos,
por volver donde alguien te quiere sin que vuelvas,
por poner a los míos con un poco mas de luz.”

                                                   Extremoduro. Pedrá.

Sin lugar al descanso, recibo un mail de un contacto californiano que me soluciona 100% el cruce de la frontera con México, tengo casa a la llegada todo el tiempo que necesite y me asesora a cerca de todo tipo de trámites y mejores opciones. Incluso quizás hasta la crucemos juntos. Y no cansado de este frenesí, de esta intensidad emocional, de este no parar de vivir con el mismo ansia que se da la última calada a tu último cigarrillo. Aparece por la puerta la hippy de los 80 preguntando que quien es el ciclista. Presente, conversación documentada con libros de los pioneros del lugar, Everett Ruess, (ya que vosotros no me dais títulos de mas libros de caballería, ya me los dio ella) y quedada para dentro de unos diez días cuando llegué a la reserva de los indios Navajos. Esta historia la aparco para otro capítulo que esto se me va de las manos. Lo que da de si la cafetería de un supermercado.


Para completar el día de regalitos, mi corazón ya había palpitado lo suficiente y no quería pedalear mucho mas, me desvié de la ruta y me fui al parque Kodachrome. El nombre le viene de la famosa película fotográfica de Kodach, imaginaros las tonalidades. Allí la Ranger de la entrada tuvo el honor de prohibirme compartir acampada.  Vi el parque, que lindo y que paz transmite este lugar apartado de los parques mas renombrados, y agradecí su regalo. Me subí a una colina donde puse mi tienda y vi el atardecer  sobre los diferentes parques que me rodeaban. Volví a dar las gracias cuando al amanecer me levante temprano  y pude ver ese precioso amanecer sobre Bryce NP. Empezaba de nuevo bien el día, y el camino se encargo del resto.

Yo ya no tengo mas capacidad de descripción, creo que deberíais coger un mapa, verlo en internet o pensaros muy seriamente este lugar como destino de vuestras próximas vacaciones. A mi llegada a Escalante excelente recibimiento, en el Visitor Center me ponen al corriente de la próxima ruta que he decidido tomar. Voy a cruzar 120 km de desierto, sin agua, sin pueblos y al mismo tiempo que visito varios parques y llego a Powell lake. Una vez allí me espera Mark, dueño de Saturday cycles,  se ha encargado de conseguirme un neumático, traérmelo e invitarme a pasar unos días en su barco, navegaremos por los cañones del Colorado (mientras que escribo estoy navegando sobre las aguas del cañón, esta siendo de traca). Para ponerme en contacto con él un hombre me brinda su casa, no funciona el teléfono, vamos donde los vecinos, ellos contactan, todo arreglado. Jorge pa´rriba Jorge pa´bajo, llego a la gasolinera cojo un paquete de cervezas, me paro, pienso. Dos días y medio para ese duro recorrido, me faltan 175 kms, carretera sin asfaltar mucho desnivel. Me acojono dejo las cervezas en la misma estantería donde las cogí y me voy corriendo sin mirar atrás. Estas cosas se como empiezan y como acaban. Me perdí una buena juerga. Continuo camino y cuando estoy llegando al final de una infinita pendiente un coche se pone en paralelo sin adelantarme. Otro que ha visto la Vuelta y que ahora baja la ventanilla y empieza a animarme, pienso. En efecto, baja la ventanilla una agradable señorita y me anima. Me dice, “enhorabuena, quieres una cerveza fría?” Vaya subidón, empapado en sudor aparco la bici en la cuneta y compartimos veinticinco minutos de lo mas intensos. Grandísima conexión con Louise y Alex, allí mismo me dan tacos, fruta, mas cerveza, buena conversación………. Aunque parezca mentira por el breve espacio de tiempo, fue una difícil y emocionante despedida.

Al doblar la siguiente esquina de nuevo me vuelvo a preguntar, “pero esto que veo es verdad?” , me pellizco al no encontrar una respuesta certera. Impresionante el valle que esta vez se presenta ante mí, tu visión llega a ser tan lejana como alcanzas a ver, el horizonte se pierde allí a lo lejos, muy lejos. “Head of the rocks” es el nombre. Siguiente paso, bajada al cañon de Escalante. El plano y trasparente cauce del rio discurre sobre una colorada losa, como si la naturaleza le hubiera puesto la alfombra roja que verdaderamente merece.  Allí mismo un camping completo,  enclavado en un marco (poner vosotros el adjetivo), y un hombre que me vio  a la mañana en la ruta me ofrece una parte de su parcela para poner mi tienda. Que os puedo decir……..?

“Y saborear, si tu le das, todo tiene sentido”
                                                       Extremoduro, Pedrá

Madrugón, y de desayuno aun con el frio en el cuerpo, diez kilómetros con pendientes del 14%. Estas dan paso a una arista la cual soporta la carretera, a ambos lados de ella, vacio. La misma arista hace de divisoria de dos cañones. Si antes era difícil ver todo lo que pasaba en un lateral de la ruta imaginaros ahora en estéreo.
Dejo la carretera 12, madre de todas estas maravillas y parrafadas y cojo el desvio del temido, del inhóspito, del desértico Burr trail. Cargo extra agua para los dos días que me esperan y empieza el espectáculo. Comenzamos con antiguas dunas de arena ahora petrificadas, el subibaja continua y de repente….. De repente desde lo alto diviso allí abajo, al otro lado del valle como se rompe la tierra, como una inmensa porción de ella se ha partido sin posibilidad de reparación. Veo como la retorcida raja avanza kilómetros abriendo un profundo pasillo en interior de la mole de roca colorada. Y aquí te paras, deseas con todas tus fuerzas, “por favor que la carretera lo recorra por dentro, por favorrrrrrrrrrrrr”. Voila, otro perrito piloto. A este cañon de un intenso color rojo lo llaman cañon largo, porque a ellos, los topógrafos también les faltan ya adjetivos. Asciendes unos quince kilómetros, la carretera se retuerce  en su interior y sus rojas paredes se convierten en blancas al mismo tiempo que ganas altitud, poder observar esta  transición es interesantísimo. La asfaltada carretera torna a grava y la entrada a Capitol Reef NP otro regalo de la naturaleza.


Acampo en lo que se puede denominar como “un lugar de privilegiados”. A mis pies un cortado de unos doscientos metros y enfrente “waterfolder pocket”, mas retorcimiento de tierra, mas derroche de acuarela. Y como no todo puede ser perfecto , noche difícil. Los ratoncillos acosan mi tienda y el ruido me despierta continuamente. A eso de las tres el ruido es incesante, a eso de las tres y cinco mi tienda tiene un agujero en un lateral y un ratoncillo o una mezcla de ratón y ardilla, no sé quien fue, se ha comido uno de mis sangüis del desayuno. Yo lo entiendo, porque los he mejorado mucho, ya los veréis en el libro “Comistrajos 2ª parte”. Próximamente en tu kiosco mas cercano. El caso es que por Pixie o por Dixie mi tienda necesita un buen trozo de cinta americana para tapar el boquete. Malditos roedores.
Hoy el comienzo es de una bajada de mas de un 20% de pendiente, bajo a los cortados de Capitol  y recorriendo  llego  al rio Colorado. Llego a su cañon aquí invadido por el agua de una presa, estoy en Powell Lake.

Waterfolder Pocket

La soledad de estos dos días, casi sin ver coches, acampado en medio de la inmensidad de la madre tierra, lo sustancial de la última semana, el esfuerzo que me ha costado llegar aquí por lo duro del trazado y ver allí abajo el lago encañonado que me espera me hace sentir pletórico. La llegada aquí supone el final de una de las etapas que a nivel paisajístico, ha sido la mas intensa de las viajadas hasta el momento.

He pasado de los escenarios de las películas de John Wayne a las de Clint Eastwood. Cuando digo desierto no es como el del Sahara. Hay vegetación, mucho matorral y sabinas. Aquí no es fácil encontrar agua, excepto cuando llueve, muchos cauces de rios solo llevan agua en momentos de lluvia. Imaginaros todos esos cañones como gigantescas cubetas recogiendo agua. Vivir una tormenta y ver como bajan colmados de aguas furiosas  tiene que ser espectacular. Por estos lares encuentras las flores con el intenso color de la rabiosa primavera, durante el día soportas el calor del mas infernal de los veranos, observas árboles con lo colorido de este otoño que ya esta aquí y a la noche soportas el riguroso frio invernal.

He observado que en todas las entregas hay mucho agradecimiento hacia todo el personal que esta colaborando a que  este viaje sea una experiencia  mucho mas interesante. Ahora me toca a mí. Quiero agradecer a mi mente que me ha conducido hasta aquí. Por salir huyendo de nada, por  salir buscando nada y por salir con el alma abierta al encuentro de todo. Ha elegido el camino mas difícil, el que quería coger, y no se ha dejado llevar por la corriente que todo arrastra. Por haber elegido su rumbo, el raro, el poco habitual, pero el suyo. A pesar de lo duro que en ocasiones es llegar donde quieres llegar. Tampoco quiero olvidarme de mi cuerpo, este cuerpo ocho que tengo que está respondiendo perfectamente incluso a mis excesos. Este cuerpo al que estoy aprendiendo  a escuchar, a entender su lenguaje  e incluso,  a respetar antes de que diga basta. Este cuerpo que me está permitiendo hacer lo que estoy haciendo y lo  mas importante, como lo estoy haciendo. No sé si esto que ahora hago un acto de locura amigo Sancho, pero… va por ti. 

"Y vereis el resurgir poderoso del guerrero sin miedo a leyes ni a nostalgias, y caer cien veces mas y levantarse de nuevo sin mas bandera que sus güevos"                                                                                                             Extremoduro. Pedrá

Desde mi estrellado cielo, tan cercano que al desperezarme alguna vez he rozado con la yema de los dedos, un gran abrazo amigos.

Me podéis sentir exultante, con un excesivo optimismo, topedo de alegría, soy consciente. Estoy intentando día a día mantener los pies en el suelo, no es fácil. Se que mañana todo puede ser diferente, lo opuesto. Espero estar preparado. Así que no os queda mas que…. aguantar la pedrá.