ENCONTRANDO EL SUR II

Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.

Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.

La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.

Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.

El sol de Rio Negro, edición de la mañana.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz Novedad y prospero viaje nuevo


México IV, (Durango, Sombrerete, Zacatecas, San Luis Potosí), 467km, 3580m+

Estoy inmerso en lo que se podría definir como un tour por ciudades Mexicanas, por ahí lo venderían como “Tour de Ciudades Coloniales” y tengo que reconocer que me esta superando. Esto no es lo mío, demasiada ciudad, me falta más contacto con la naturaleza, con la gente de los pueblos, con los espacios abiertos, con el horizonte.

Me despido de Durango. Tres días se me hicieron mucha ciudad y tomo rumbo a Zacatecas, en el camino me viene la pereza y encuentro un pequeño pueblo donde me quedo a descansar. Necesitaba soledad, durante un mes había estado rodeado de gente, desde que me levantaba casi no tenia un ratito para mi. Así que me meto en un modestísimo, pero limpio “hotel” (la primera vez que agarro una habitación para mi solo en todo el viaje) y disfruto de la tranquilidad. Exprimo la habitación al máximo, los siete euros están mas que amortizados, tiene un pequeño y alejado televisor en el cual veo dos pelis en una sola tarde, me siento como en casa (qué casa???). Los días venideros están marcados por el viento, un fuerte viento que amenaza con enfrentarse a mi a medida que la carretera gira hacia la derecha.  Tras salir de Sombrerete, un lindo pueblo que me dejo perseguir la luz  del atardecer por sus callejuelas, la situación se torna complicada. Dos días de batalla, con la esperanza de que el viento cese y al final bandera blanca, me rindo. A falta de 25 kilómetros para llegar a Zacatecas me subo a un carro. No podía mas.
Reflejo de Sombrerete

Zacatecas es una hermosa ciudad rodeada de cerros. Fue una de las ciudades mas ricas de latinoamerica allá por 1600 debido a la importancia de sus minas de plata. Sus empinados y enrevesados callejones, su arquitectura y el cerro de La Bufa contemplando desde el alto la ciudad la hacen un lugar agradable donde pasar la Nochebuena.

Estoy rodando por el altiplano central mexicano, pero  tiene mas de alti que de plano y los desniveles diarios asi lo afirman. Son característicos sus cielos azules, regalándote unos atardeceres increíbles,  y también es conocido por un licor parecido al tequila llamado Mezcal. Roberto Bolaño ya probó el Mezcal “Los Suicidas” con gran éxito. Dentro de la cultura de un país esta la gastronomía y dentro de la gastronomía añado la bebida. No podía evitar partir sin probar este mejunje en generosas dosis como tampoco podía rechazar el probar mole (carne de cerdo con salsa de cacao), nopal (hoja de cactus) y gorditas (tortas de maíz, parecidas al pan de pita rellenas de una gran variedad de alimentos)

En tiempo de recortes, solidaridad. Cena de nochebuena en una cocina de 4m2, dos huevos fritos en variante “Aladino”, en la próxima entrada de recetas aparecerán como plato estrella,  un buen plato de macarrones a la carbonosequé y una lata de cerveza no dejaron cabida ni para el postre. La cena compartida con Markus, que de nuevo apareció en los momentos estelares y al que un golpe de viento lo desvió de su rumbo para compartir juntos senda hacia San Luis Potosí.
Misa de navidad en soledad.

Otra ciudad mas, la entrada a ella nos arranca las ganas de seguir este tipo de viaje. Y es que las entradas y salidas de las grandes ciudades lo que le arrancan a uno es el Karma. Al día siguiente, casi sin tiempo de ver San Luis nos despedimos con un hasta luego que posiblemente sea un adiós, con  Markus y su alma errante nunca se sabe que sorpresa te deparará.

Él sigue un camino con  posibilidades de cruzarse con el mío mas tarde (cuando???) y yo me voy EN AUTOBUS (no me lo creo, 300 kilómetros en un día y sin sudar) a Real de Catorce.
Eramos felices, habíamos encontrado el trabajo de nuestra vida.

Real de Minas de Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos de Catorce, es el verdadero nombre de este antiguo pueblo minero rodeado de cerros  y al cual se accede a través de un estrecho túnel de mas de dos kilómetros. Llegue aquí saltándome las recomendaciones de no viajar en la noche, y desde que pisé en él sentí un abrazo de paz. También puedes sentir rápidamente los efectos de la altitud, esta situado a 2750 metros sobre el nivel del mar y el chivato de falta de oxigeno se enciende al subir por sus empinadas calles. Paseo a caballo hasta una antigua mina y pueblo abandonados acompañado de Juan, minero durante mas de veinticinco años, él me explica todo el funcionamiento de una mina y bajamos unos cuantos metros por un oscuro túnel excavado en la piedra. Que trabajo tan duro, redios!!!!!. Aquí llegué para pasar un día y al final fueron muchos mas. La Nochevieja aquí será. He descubierto lo gratificante de bajar a la plaza del pueblo y ver pasar la vida, el tiempo, sin necesidad de hacer nada mas que ver pasar. Este aprendizaje, este abandono del azogue, es algo maravilloso. Es algo parecido a estar meditando, olvidas el ritmo frenético al que gira  el mundo y te dejas contagiar del ritmo relajado de estas gentes. Para un ser ex hiperactivo llegar a estos puntos de tranquilidad sin tomar pastillas es bueno, mas  que bueno, redios!!!!!. Este pueblo es famoso también por el desierto que se encuentra bien cerquita, y porque allí puedes encontrar peyote. Planta psicodélica de uso medicinal, quien lo prueba dice que cura el alma. En este viaje no apareció la oportunidad de ir en busca del rey lagarto y algo que estoy aprendiendo es a no forzar ninguna situación. Así que no hubo viaje dentro del viaje.
Las dos caras de la puerta que te abre Real de Catorce

A través de una red de contactos, que me estoy creando en el camino con el intercambio de mails entre españoles viajeros conozco a Jose. Él trabajo un tiempo en Informe Semanal y decidió que había llegado su momento de volar, y es que “nunca es tarde si la dicha es buena”. Lleva 4 años con su coche recorriendo el mundo, podéis echar un vistazo a su aventura aquí. Un día me escribió unas palabras que parecían dictadas por mi mente, sacadas de mi sesera, estas eran; “No se si anteriormente habías probado la jugosa y envenenada fruta de la aventura en un viaje de más de seis meses. Ahora estás bien jodido,  es más adictiva que la heroína. Aunque puedes sentirte afortunado, tu escala de valores se ha transformado, algunos elementos han cambiado de posición”. Y ahora qué hago????


Españoles, en estas fechas tan señaladas quiero desearos a vosotros y  a todos vuestros familiares,  Feliz novedad y prospero viaje nuevo. Antes de seguir el discurso y ya que no voy a hablar de robos, felicitar a mi padre al que los reyes (magos) le traen un cumpleaños mas de regalo. Y para mi madre que en breve va a pasar a ser octogenaria, de regalo una novedad. Va a tener una visita de su hijo que acaba de comprar un billete, en esta ocasión de ida y vuelta. No quiero arrepentirme de las cosas que no haga y creo que la fecha merece la pena.

Para aumentar mi curriculum, nunca se sabe, estoy haciendo prácticas de estadístico. Creo que la experiencia que me va a dar estar en México unos meses me abrirá muchas puertas. Y es que cuando quieres saber algo y tienes de preguntar debes hacerlo al menos en seis ocasiones, luego de ellas sacas una media y decides lanzando una moneda al aire. La respuesta mas utilizada ante una pregunta que solicita información de un destino es; “pues si, mas o menos”. Es un comodín, vale para responder a cualquier cuestión.
Pequeño accidente sin consecuencias, no hubo cortes de tráfico, ni retenciones.

Nuevas aventuras se avecinan, si México puede llegar a ser difícil de rodar por su orografía tu lo puedes hacer aun mas difícil. Y ese es mi problema, no se decir no a los lindos lugares que habitualmente conllevan un sobresfuerzo y así parece ser la Huasteca Potosina. Próximo y durísimo destino por el estado de la ruta que he elegido y por su desnivel, casi 10.000 metros en poco mas de 500 kilómetros. Antes, última de las ciudades coloniales, Guanajuato, joya mexicana.

Desde mi cielo azul donde lo convencional se autoexcluye, no tiene cabida. Desde donde la sorpresa, por habitual, nunca aparece abandonada de su cualidad de asombro. Continuo tropezando con mi rostro distinto de cada día*. Un abrazo chido para mis comadres y mis compadres.
Alfred Hithcok, no lo hubiera imaginado mejor.

Se acaba un año, empieza otro, época de deseos, de cambio y nada cambia, solo nosotros cambiamos. Quieres?

Si todavía estoy a tiempo, recordar que las primeras campanadas son los cuartos, en esas, no hay que comer uvas. Me bajo al abarrote a comprar las mias.

*Federico García Lorca, “Vuelta del paseo”


sábado, 24 de diciembre de 2011

Hombres inadaptados




" Hay una raza de hombres inadaptados,
una raza que no puede estarse quieta;
rompen los corazones de sus parientes y amigos,
mientras vagan por el mundo a su albedrío.
 
Recorren las llanuras, navegan sin rumbo en los ríos
y escalan las cumbres de las montañas.
Llevan en su interior el sino de la sangre gitana
y nunca aprenden a descansar. "



                                                      Robert Service,  Los hombres inadaptados.





sábado, 17 de diciembre de 2011

Espinazo del Diablo



Mexico III; estados de Sinaloa y Durango (Mazatlan, Concordia, Llano Grande, Durango) 327km; 5793m+



Esta última semana la he dedicado, mayormente, a cruzar la Sierra Madre Occidental mejicana de oeste a este, de Mazatlan a Durango. Puedo afirmar que ha sido el recorrido mas duro jamás rodado en mi vida y confirmo que uno de los mas bellos.
Después de mas de tres meses de rodeado de puro desierto llego a unas montañas absolutamente desordenadas, amontonadas y colmadas de vegetación. Se hace difícil adivinar el trazado de la cinta asfáltica, oculta tras coníferas y encinas. Un cielo azul, canosas nubes  con moldeado de peluquería, aroma balsámico a pino  entremezclado con un masticable olor a freno y embrague de tráiler, el seductor verde vegetal convive con el negro de bolsas y envases plásticos de la cuneta, el silencio de las sombras interrumpido por el canto de la chara pinta y el trompeteo apabullante de los tubos de escape de camiones que no son capaces de frenar ante tanta pendiente. Todos estos contrastes no le restan encanto a tanta belleza, solamente te hace entender que has cambiado de mundo, que aquí las prioridades son otras y no precisamente las medioambientales.
En el camino he empleado 6 días, han sido 327 kilómetros con un desnivel de 5793 metros, llegas a rozar los 2900 metros y tienes pendientes mantenidas de un 9%. Todos estos datos de estadística barata son una radiografía de este trazado que comienza a nivel del mar para adentrarte en esta maravillosa serranía y llegar a la ranchera ciudad de Durango (aquí no hay siderurgias). En la ruta mucha ayuda de los pobladores de los reducidos núcleos urbanísticos (me rio de nuestro concepto de urbanismo), gente mayoritariamente humilde que siempre ha compartido todo lo que tenían. He dormido en una cabaña de mineros, bajo el tejadillo de un comedero de carretera, en una minicasita a medio hacer y en la casa de Emiliano donde no había para comer pero nunca les falta para querer. Durante dos de los días rodé mas de cuatro horas para cubrir 40 kilómetros diarios, estas dos jornadas fueron de continuo ascenso, sin descanso.
A mitad del recorrido se encuentra el mirador del Espinazo del Diablo, unos doscientos metros de carretera con precipicio tan impresionante a ambos lados como las vistas que exhibe. Al fondo, para adornar la postal, una sucesión de cortados y acantilados que se precipitan al vacio me acompañaran durante varios días. Para aumentar la épica de este trayecto del “Espinazo del Diablo”, mi entrepierna añade un “Furúnculo del Demonio” que me hace bailar por momentos sobre el sillín.
Recuerdo cuando era niño y me preguntaban; de que equipo eres? Del Barça, Simonsen y del Reynolds, Arroyo, contestaba. Aun puedo decirte las alineaciones; Urruti, Sanchez, Migueli, Julio Alberto, Alexan….., Arroyo, Perico, Villamajó, Gorospe, Laguía….. Mis primeros y únicos recortes de periódico fueron de las proezas de Arroyo y Perico en el Tour, allá por 1983. Poco mas tarde conseguí una bici de carreras, abandoné mi pesada bicicross, y con la Orbea y una cinta de pelo de encendedores Zor empecé a sentirme ciclista de grandes vueltas. Cientos de horas y cientos de tardes en mi pueblo subiendo el puerto de La Lancha lo abalaban, y es que las bicicletas eran para el verano. Pasan los años y  rozando los veinte, en plena preparación de lo que iba a ser mi primer viaje cicloturista a los Lagos de Covadonga, me lesiono. Me lesiono de tal modo que he de dejar la bici por unos dieciséis años y mi mundo ciclista se limita a llorarlas desde el otro lado de los escaparates. Tras una enfermedad de tres meses de reposo absoluto y casi pensando que había olvidado montar en bici, me voy a Pirineos. Vuelvo a rodar después de muchos años y lo hago subiendo todos los puertos míticos del Tour que mi cuerpo y condición me permiten en ocho días. Me retuerzo por sus carreteras y si, puedo volver a montar en bici, me lo ha dicho el Aubisque. Con la emoción de volver a rodar agarro mapas, busco montaña tras montaña, desnivel tras desnivel siempre anhelando los puertos mas duros. Asi recorro geografías combinando el montañismo  en pareja y el ciclismo en solitario. Una ascensión a Los Lagos, era mi cuenta pendiente, y un par de viajes de una semana por España para saber como era una alforja y………… aquí estoy.
Todo este rollo que acabo de soltar y que he resumido (tiene aún  mas enjundia) lo debía de contar antes o después para hacer entender lo que significa para mi este viaje. Mi disfrute no se limita a conocer diferentes personas, lugares y costumbres. Rodar durante horas por estas carreteras, sentarme encima de ese rocoso sillín, y especialmente sentir como la carretera se mantiene cuesta arriba entre montañas para hacerme sentir un escalador es lo mas.
Retomo La Paz como punto de partida. La fiesta ciclista que tanto prometía al final no fue gran cosa, mucha fatiga entre coequipiers. El resto de los días fueron  intensos y compartidos con gente con la que nos desplazábamos en bici por el malecón, como si de Nerja se tratase y rodáramos la serie “Verano azul”. Por supuesto faltaban las cestas en el manillar, que silbáramos a coro la melodía y “el Piraña”. Con tantas horas de bici parece no haber lugar para la grasa en nuestros cuerpos. Estos días dieron mucho de si, el paso por la Oficina de Migración para regular mi situación en el país conllevó una multa y un “casi vas al calabozo” un par de dias. No había puesto sello en mi pasaporte al cruzar la frontera en Tijuana. Mil eran las razones, seguramente ninguna valida, ahora me encontraba fuera de la ley, era un “sin papeles”. Ay, las vueltas que da la vida, que fácil es encontrarte en el otro lado.

Para salir de La Paz y dirigirme al interior no me queda mas que agarrar un ferry. Cruzo la aduana con un simpático sistema de lotería. Pulsas un botón, si te toca verde pasas, si te toca rojo……., a jugar, registro exhaustivo. Las olas provocadas por el viento hacen que la cena no llegue a asentarse en el estomago, hacia tanto que no iba al parque de atracciones que no recordaba lo que era esta sensación de nausea incesante.
Llegada a Mazatlan y esto empieza a ser otro México. El malecón y lo colorido de sus fachadas, mezclado con el tono que da el abandono refresca en mi memoria  pasados paseos por la  Habana vieja. Lo bullicioso de su mercado y su estruendo mecánico, ahora me te trasladan al asiático barrio del Thamel. Salgo de esta ciudad con el esfuerzo que supone la despedida no deseada y es que este nuevo México es muy cálido, muy acogedor, absolutamente cercano. He pasado de un México espejo de EEUU como era la Baja California, para llegar a este mas costumbrista, mas racial.

Hace dos días que comparto ruta con Markus, antiguo conocido del blog… Markus que comenzó ruta también en Alaska es un experimentado viajero bicicletero. En nuestros viajes hemos compartido destinos alrededor del mundo, él en bici y yo a pie. Nos conocimos en Baja California y sus primeras cuatro respuestas a mis primeros cuatro comentarios fueron un;  “no me lo creo, no hablas en serio”,  se junto el improvisador y el calculador, pero también las ganas de retos, de nuevos y remotos caminos, de una fría cerveza acabado un día duro y de pasarlo bien. Rodar con él me resulta familiar, en ocasiones es como si lo estuviera haciendo con mi amigo Ramón. Lo peor de esta relación es que al amanecer que me tortura con el aroma a café recién hecho en cafetera italiana. Esto ya no volverá a suceder porque el último día olvido poner agua y adiós a la cafetera individual. El rodar con un compañero también te da la dimensión del esfuerzo que estas realizando, cuando miras delante o atrás y ves una bicicleta completamente cargada y un tipo encima sudando es como verte reflejado en un espejo.
En pleno proceso fotoevangelizador, al otro lado de la cortinilla el Markus.

Nos despedimos del Pacífico posiblemente por un largo tiempo, abandonando el mar para adentrarnos en la montaña, mi querida montaña. Nos despedimos a lo grande, cenando como reyes, y es que nos creemos modestos, pero vivimos mejor que queremos. Puedo decir bien alto una vez mas que me siento afortunado por todo lo que estoy viviendo.

“Muere lentamente quien no viaja, quien se transforma en esclavo del hábito, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño”

                                                                                                                  Pablo Neruda



Llegada a Durango, ciudad ranchera donde los sombreros y botas vaqueras lucen por sus calles. Con un espectacular cielo azul, encuentro a Markus del que me había separado hacia unos dias, necesitábamos un poco de aire y es que el secuestro emocional al que nos había sometido los intensos días de ruta juntos pasaba factura.

Aquí me recibe la familia de Orestes, médico que atendió a mi orzuelo en Cancún y con el que casualmente contacté y no dudo en ofrecerme la hospitalidad de sus parientes. Suite, ropa limpia, esta vez con suavizante, y buen cotorreo compartiendo experiencias desde los pequeños hasta los mayores. Como colofón, me adorno con una nueva tortilla de patata, van seis, y me llevan de visita a unos escenarios donde rodaban famosas películas del lejano y actualmente decrépito Oeste.

Pero aquí no acaban los encuentros Durangueses, paseando un tipo me mira, se sorprende extremadamente y se dirige a saludarme efusivamente; coño, es Carlos!!!. Cuando fui a Cancún tuve que estar una noche entera en el aeropuerto, mi compañero de penurias fue él. Intensa relación que finalizamos colándonos en un camión para poder salir de allí. Pues voy y me lo encuentro acá, lo flipas. Hemos quedado en Guadalajara donde nos veremos de nuevo en quizás un mes, esta vez con la intención de liarla parda.

Este viaje dejó hace tiempo de tener el sentido de unas vacaciones. Aquellos primeros días en los que no sabía ni como funcionaba la cocina quedan muy lejanos. Ahora vivo esta aventura como un modo de vida, otra forma posible de vivir este mundo.    

Yo me marcho a otro lugar,
puede que el viaje sea largo.
La burbuja en que crecí nos vendió comodidad
y un nudo entre las manos.
Yo escogí la ambigüedad, tú el fantasma y lo real,
todo en el mismo barco.

Y al respirar propongo ser quien ponga el aire,
que al inhalar me traiga el mundo de esta parte.
Y respirar tan fuerte que se rompa el aire,
aunque esta vez quizá será mejor marcharse.

Intenta no respirar ...

                                                                                               Vetusta Morla, “Al respirar”

Un soplo de energía, de fuerza y aliento para Perdita Durango desde la tierra que la vio nacer. Últimamente su caja torácica esta sufriendo varios envites, un corazón medio partió, fisuras en sus costillas y alguna batalla mas… Lo dicho.

                                                                                                                                                          Foto, Markus.
               

Desde mi cielo endemoniado por la belleza de Belcebú. Un abrazo carnalitos.

Ah, olvidaba una cosa, que no estoy loco, que los hay peores.


jueves, 8 de diciembre de 2011

Por qué viajar en bicicleta?



Y porque no?

 

Siempre pensé que hay una gran diferencia entre trasladarte y viajar.
Para trasladarte solo necesitas tener un estricto plan preestablecido, llegar a destinos, tomar las fotos correspondientes y vamos que hay mas. Tenemos todos los días completitos para que a tu llegada tengas el mas amplio curriculum posible de lugares visitados. Otra definición muy buena para este tipo de traslados es; “hoy es martes?, esto tiene que ser Roma”. Respetable desde mi punto de vista, cada uno elige y ………..viaja que algo queda.
Para verdaderamente viajar todo necesita su tiempo (algo tan escaso?), la esencia es impregnarte de algo mas que las instantáneas que te rodean. Descubrir costumbres, gastronomía…… cultura en general. Si toda esta cultura te la muestra un nativo que has conocido en el camino y con el cual puedes llegar a compartir como si de un amigo de toda la vida se tratase, tiene un sabor aún mas especial. Conseguir llegar a este punto añadiéndole que lo haces desde tu propio esfuerzo físico, te transmite unas sensaciones que te hacen sentir muy bien, te aportan plenitud espiritual. Y si a esto le sumas que en ocasiones las condiciones y los lugares que visitas son “salvajes”, te ves solo, llegas a rozar limites físicos y mentales inimaginables. Esta suma te hace aflorar el instinto de supervivencia, te acerca a la energía de la tierra, de la naturaleza, te hace sentir una vuelta a los orígenes humanos, a lo primitivo y animal que llevamos dentro y esa sensación ya si que es lo tope de lo tope muñequitos.
"El esfuerzo físico, llevado incluso hasta los límites de agotamiento, endurece el alma y templa el corazón. No hace falta ser un atleta, sino más bien todo lo contrario, para percibir la energía que concede al ánimo el reto del ejercicio de los músculos."
                                                                                                    Javier Reverte, El rio de la luz

Mas razones? , si te dan a elegir entre ir en un auto normal o un descapotable…….. eliges uno descapotable. Con la bici vas en un descapotable siempre, puedes ir despacio y pararte donde consideras que es mejor lugar sin molestar a nadie. Viaje a la carta. También es cierto no vas siempre donde quieres, mayormente vas donde puedes. Mayor sensación de libertad ?

“Buscando en el interior de uno mismo, situándote frente a los mapas, leyendo historias de otros... Así suelen comenzar este tipo de viajes. Solo frente a tus sueños, ante lo desconocido, con terribles anhelos de vivir lo inesperado”.
                                                                                        Nandus, ciclista viajero empedernido.


La velocidad a la que recorres los lugares es en mi opinión el balance idóneo para avanzar en el espacio y llegar a impregnarte de lo que te rodea. Cierto es que considero que otra muy buena manera de viajar es andando, como lo hizo Román Morales por Sudamérica. Pero creo que de momento no tengo esa paciencia ni esa fuerza mental que considero hay que tener. “Buscando el Sur” interesantísimo libro de viaje de Román, biblia de literatura viajera.

“Cuanta más velocidad, cuanta más superficie se cubre, menos profundo se llega. La velocidad, pero también la lentitud son precisas en este mundo.”
                                                                     Sten Nadolny,  El descubrimiento de la lentitud

Y finalmente y para mi muy importante, porque a uno le gusta la bici, le gusta desde pequeñito y también me gusta sentirme CICLISTA, ciclista de los de giro, tour y vuelta en el mismo año, como “el Junco de Berritz”. Una sensación que puede parecer difícil alcanzar con una bici que pesa mas de 60 kilos, pero os aseguro que es posible .
Y es que  cuando llega esa cuesta hecha a la medida de tus fuerzas en ese preciso momento, agarras el manillar con las manos juntitas cerca de la potencia, la chicharra empieza a cantar y todo tu cuerpo, como si te lo hubieran aplicado a pistola, se impregna de una fina capa de sudor, ahí ya ves brillar tus barnizados brazos, sientes la humedad en ellos, y a golpe de pedal tensas la cadena, ese ritmo es el bueno. Lo mantienes, pasan los minutos, sientes como tu corazón no deja de bombear ,  llegas a oir su estruendo, tus bíceps femorales agarrotados empiezan a decir basta, se empiezan a estrangular, les falta oxígeno, pero sabes que aun te queda una última bala. Agarras el manillar de los laterales y empujas tu cuerpo hacia delante ,y te pones de pie sobre ella, ahora es tu mentón el que gotea rítmicamente como un grifo mal cerrado, aprietas la tuerca, algunos hacen la goma, otros no pueden aguantar la marcheta  y tiran la cuchara, ya no son de la pomada, les va a caer una minutada.
Si, diosssssssssssssssssssssssssssssssssssssss,……….buff. Acabo de despertar de un sueño y noto como el mapa de Australia se dibuja en el lado derecho de mi bragueta.
Que nadie me despierte, dejarme seguir soñando.

 

domingo, 4 de diciembre de 2011

Hotel California


 
México II, Baja California Sur, ( Vizcaíno, San Ignacio, Mulegé, Loreto, La Paz) 810 km, 5474 m+
La promesa de una noche de pesca en mar abierto se disolvió como un terrón de azúcar al naufragar en la taza de un café mañanero, cuando a la mañana llegó el ”capitán” de la lancha con la cruda (resaca) a cuestas. Imposible adentrarnos cuarenta kilómetros mar  adentro con un hombre en ese estado. Como alternativa Rafa me llevo al morro a ver los lobos marinos (video). Algo de documental de la 2, cuando llegas allí y los ves delante de ti, en su hábitat, alucinas.
Dejo a Rafa y su familia con una tacada de perritos calientes en el estomago, Katy  su mujer, tiene un puesto. Alguien probó perritos calientes con judías pintas (frijoles) dentro? muy buenos.  Y con ese estomago repletito me dirijo a cruzar el paralelo 28º, vengo bajando desde el paralelo 64º. Estas distancias me hacen percibir la dimensión de este viaje.
Llego al ejido donde me recomienda Rafa que pase la noche, allí me presento a Chona, la mujer de Mario, familia amiga de mis anteriores anfitriones. Otra autocaravana desvencijada por el paso de los años y la falta de mantenimiento es mi morada. Casa humilde donde recibo buena comida e interesantes conversaciones a cerca de las explotaciones agrarias de la zona. Lo mas enriquecedor fueron  todas las horas que compartí con Mario hijo, un chaval en lucha con una ceguera que le esta ganando la partida. Aún así es capaz de transmitir en todos sus actos y palabras una gran paz y sensibilidad. Bien pronto a la mañana estaba despierto esperándome para “echar unos tacos” (desayunar), como él dice y comenzar de nuevo el camino con energía de frijol.
Llego a Vizcaíno, diez kilómetros mas tarde con la intuición de que voy a encontrar un ciclista con el que compartir rodada. No han pasado 600 metros cuando a lo lejos veo una bici con una característica bolsa de viaje, al cruzarme con ella aparece el piloto. Edgar, mexicano del DF y desde entonces compañero de viaje hasta La Paz o eso creíamos ambos Comenzamos la plática y la continuamos en ruta hasta San Ignacio, oasis en el desierto. Después de mucho tiempo sin ver árboles me encuentro con un mar de palmeras, ríos de dátiles y un camping con regadera (ducha) de agua caliente en mitad de un terreno yermo. Milagro fue mi exclamación y un día de reposo para disfrutar del pueblo y su entorno.


Edgar tiene problemas de pinchazos y vamos a una llantera, allí conocemos a “Muñeco” con el que entablamos una interesante amistad. Esta claro que  ser buena gente no esta ligado directamente a tu formación académica o posición social. Con él compartimos canciones desde los Iron Maiden hasta los Hombres G; Voz y Guitarra acústica: Muñeco. Como despedida compartimos en sus grises instalaciones cena de pescadito y pacífico. Que gran tipo!!. Pero hablando de grandes tipos en la lluviosa mañana del día de descanso conocemos a Markus, ciclista austriaco que también viene desde Alaska. No querías arroz? Pues toma, dos tazas. Por primera vez en el viaje me veía rodeado de ciclistas que vivían y entendían el viaje como yo, un no parar de hacer bromas y de inventarnos chistes sin final denotaban el buen ambiente que vivíamos entre palmeras.
Otro momento estelar fue nuestra llegada al Mar de Cortés, habíamos cruzado la península de oeste a este a través del desierto de Vizcaíno para encontrarnos con este mar de aguas mas cálidas que el Pacífico. Noche de hotel (segunda en 5 meses de rodada) y encuentro en las calles de Santa Rosalía con una pareja de ciclistas franceses, otro ingles ……. noche de karaoke.
Markus, al volante
Antes de que se me olvide. Ayer vi un mapa de Mexico, lo flipas que grande es, bueno, a lo que voy, una vez en La Paz el próximo destino va a ser Mazatlan, decidido. He de agarrar un barco para cruzar el mar. Rumbo desde allí……, eso es mas difícil, pero “el espinazo del diablo” suena bien como nombre para una carretera, no?. A mi me llaman ese tipo de nombres, o de retos. No es fácil el recorrido, discurre entre cortados y en 350 kms, 5100 metros de desnivel positivo lo abalan y lo describen.
Llegada a Mulegé con viento fortísimo y estruendoso a nuestras espaldas, por primera vez en el viaje  pruebo esta sensación  y  es maravillosa. Vuelas sobre la carretera casi sin querer. Ya en casa de Eduardo y Beth, pareja californiana que conocí en mitad del desierto, debajo de un cactus y que me invitaron a pasar el tiempo que gustara en su casa, disfrutamos de una americana cena a la par que nos despedimos de Markus, una despedida que espero sea un hasta luego. Pasamos noche boxística de nuevo, esta vez le toco a otro ídolo mexicano; “el Canelo”.
Despertar y destino a las playas paradisiacas de la costa este, acampamos en Playa Coyote bajo una palapa y noche de descanso con bañito incluido a la salida del sol. Aquí el agua esta mas caliente ya que estas playas forman parte de Bahía Concepción. Frente a ti muchos mogotes y una cordillera montañosa del otro lado forman esta hermosísima bahía, se puede decir que es una bahía dentro de otra gran bahía.

Olvidé decir que con Edgar además de traer compañía llegó también la gripe la cual no tardo ni un día en contagiarme. Cinco días de lucha con mis intestinos y conseguir superarla sin medicamentos, solo con kilómetros fue el balance de esta nueva dolencia.
La sombra de Juan Rulfo comienza a aparecer.
El precio de la llegada a Loreto fueron 5 pinchazos en la rueda delantera de Edgar, sumado a; el desnivel, el kilometraje y el agotamiento físico, mental y de parches, dieron como resultado que él llegara encima de un carro. Una vez rencontrados, ducha, gran cena y a descansar en una cama.
Durante el último recorrido Abisinia venía haciendo música, el Manny, aguerrido mecánico de baikas le dictaminó; rotura por desgate del eje del pedalier. Ante la falta de repuestos a mi llegada a La Paz tendrá que pasar por el quirófano.
Día de “reposo”, no se porque los llamo de reposo si nunca se para y menos se reposa, siempre hay algo que hacer. Una de las actividades fue la visita al puerto, este esta repleto de Pelícanos y lo mas impresionante son los picados en barrena que hacen desde gran altura para conseguir comida. Os imagináis unos 25 kilos que pesará el bicharraco cayendo desde unos 30 metros sin freno motor? No se pierdan los siguientes videos, son auténticos camicaces al grito de; banzai.
Con toda la ropa limpia de lavandería, no os podéis imaginar la ilusión que hacen estas cosas, nos dirigimos una vez mas a cruzar la escarpada sierra californiana. Inicio con la carretera plana, al  ladito de playas salvajes, para mas tarde llegar a un puerto de los de verdad, con desnivel (800m), distancia (10km) y curvas de herradura. Vuelve el Tour en Diciembre!!!!!!. En plena ascensión nos encontramos con la pareja de franceses y el ingles, rodamos juntos y compartimos campamento nocturno alrededor de una luz y un tapete. Una larga y colorada puesta de sol junto con los cactus que nos rodean completan la magia del lugar. 
Amanecemos cubiertos por la niebla, colección de chalecos reflectantes en la trasera de las bicis y a rodar bien temprano (horario francés). Al llegar a el primer pueblo perdemos a Edgar, todo es muy estraño y el día se desarrolla lleno de incertidumbre. Al caer el atardecer paramos a preguntar por un comedero y un chaval, Angel Cesar; de unos 13 años nos invita a dormir en su rancho. Damos parte a la policía de la pérdida del compa y a dormir que andamos con medio dolor de cabeza. Mucha tensión.
Sin noticias de Edgar después de consultar de nuevo con la policía llegamos a La Paz, directamente como una moto a la tienda de reparación de bicis y una pieza de segundamano pone al corriente a Abisinia. Aquí nos encontramos unos ocho ciclistas y preparamos la fiesta padre, o eso espero, ya os contare. La Baja California va tocando a su fin y hay que tomar decisiones al menos del rumbo a seguir en adelante, muchas opciones y todas buenas lo hacen realmente complicado, de momento llegar a Mazatlan, pintoresca ciudad será lo próximo. En este recorrido cruzare en barco, velero…? el Trópico de Cáncer, para después casi seguro cruzarlo en baika de sur a norte de nuevo.
La Baja California sur es mas hermosa que la norte, a ello contribuye las montañas que decoran la ruta, sus pueblos mucho mas coloridos y una mayor vegetación al encontrar en ella algún rio. También y  muy interesante son sus playas en el area entre Mulegé y Loreto, alguna de ella paradisiaca. Todo ello sin dejar de estar en una zona desértica. Este conjunto de atractivos hace que esta sea una zona de residencia de los jubilados californianos y no tan jubilados. Suelen bajar a esta zona en invierno buscando el mejor clima y lo económico de la estancia. Para ello se han creado micro ciudades con hoteles, golf resorts, etc. Se dice que el verdadero hotel California en el que se inspiraron los Eagles para componer su canción esta aquí.
He perdido a mi gran apoyo desde la distancia en este viaje, ahora empieza un nuevo viaje. Un viaje en solitario.
Cada pedalada retumba en el interior de mi corazón ,al igual que retumban las pisadas al entrar en un piso vacío, desamueblado. Así me encuentro, hueco, deshabitado, a falta de algo, no!!, realmente a falta de mucho. Es el momento de encontrarlo dentro de mi.
"Para saber de amor, para aprenderle,
  haber estado solo es necesario."
                                                                                    Gil de Biedma. Pandémica y celeste.



Desde mi cielo que gira sin rumbo, a veleta perdida al antojo de los vientos del Pacífico. Un obeso abrazo güeis.