Vivir
a la deriva,
sentir
que todo marcha bien.
Volar
siempre hacia arriba,
y pensar
que no puedo perder.
Extremoduro. Quemando tus recuerdos
Los últimos
días han sido agotadores. La tarea de dejar Ushuaia no fue fácil. Una serie de circunstancias,
que ahora no voy a contar, se confabularon en mi contra.
Una vez
estaba en su aeropuerto faltaba la última prueba antes de partir, la de
facturar todo el equipaje sin pagar sobrecoste. Hacia unos días había visto
como Liesbeth lo había conseguido mostrando una esmaltada sonrisa sobre la que
apoyaba el azul de unos ojos achinados.
Era obvio que en mi caso, no podría utilizar esas armas.
Una
vez coloco mi equipaje y la caja que contiene la bici sobre la cinta se me
acerca un mozo ofreciéndome embalar mis bultos para que viajen mas seguros. No
atiende a la negativa de mi respuesta e insiste. A la par la azafata que se
ocupa de la facturación me prohíbe subir a la cabina del avión con la alforja
que porto como equipaje de mano y me invita a facturarla. Veo como aumenta el
peso en la báscula mientras el mozo sigue insistiendo. Creo que voy a perder
los nervios.
_
No, por favor, no es necesario!!, respondo en esta ocasión con un tono mas
rotundo.
La
azafata percibe la tensión y me aclara al mismo tiempo que coloca una mirada condescendiente
sobre el mozo,
_
Sr Izquierdo, la facturación de su equipaje no va a tener sobrecoste alguno,
por favor facture todo lo que no necesite llevar en cabina.
La
estampa de mi rostro cambió, aun sin verlo estoy seguro. Abandono la zona de facturación
y Antonio, que así se llamaba el mozo de los emblajes, me está esperando. Que querrá
este tipo ahora?? Me pregunto. Amablemente me propone invitarme a un café, y ya
sentados frente al gran ventanal desde donde se observa un continuo ir y venir
de aviones, me comenta que es el director del aeropuerto.
Ahora
comprendo todo, gracias a su presencia en la facturación y a su amistad con
Toto, no he pagado sobrepeso.
Sentado
en mi asiento espero el
despegue. Una mano se apoya en mi hombro. Antonio no quiere dejarme marchar sin
despedirse de mi, desearme lo mejor, y felicitarme de nuevo por mi viaje. Sabe
que su hijo el pequeño, en breve, tomará la bici y hará lo mismo que yo. Volar.
Pasadas
unas horas el avión comienza a perder altura y desde la ventanilla observo una
masa gigante de hormigón, bocacalles que recluyen vida, callejones encargados
de ocultar luz, tejados cubiertos de antenas y cables tejen un paisaje que se
desparrama sin orden hasta tocar un mar de plata. La ciudad de Buenos Aires me espera.
Después
de vivir tanto tiempo en el campo llego a una gran urbe con la mirada inocente.
En los pasillos del aeropuerto me sorprenden mujeres de largas piernas
embutidas en ajustados jeans manteniendo el equilibrio sobre vertiginosas
plataformas. Tatuajes, piercings, vidas de espejo, de imagen proyectada.
Inmerso
en el caos, tras la luna del asiento delantero de un taxi observo una vida
loca, una vida que se mueve a golpe de estimulo. Neones de colores, velocidad,
no hay lugar para el reposo, nada fluye, todo corre, y ruido, mucho ruido.
De
repente todo se para, se hace el silencio, un remanso de paz. Cruzando el patio
esta la casa de Leo y allí mismo me rencuentro con Gabi. Nos conocimos hace
cinco meses en un hostel de Cachi, recién entre en Argentina, y ahora ha
removido media ciudad para que tenga lugar donde hospedarme.
Tras
desayunar me veo trabajando, que extraña sensación. Rodillo en mano, un poco de
música y vamos a cambiarle la cara al apartamento del recién mudado Leo. Horas
después, con la satisfacción de ver como se ha trasformado el hogar, nos vamos
al parque donde compartimos
comida, risas, y desconocimientos. Tirados en el césped, con un taper de comida
china entre las manos miramos el cielo, nos damos cuenta de lo lejos que
vivimos del mundo convencional, de lo poco que sabemos, y de todo lo que nos
queda por descubrir.
Sentado en
la urbe, exactamente en un banco de la Avenida de Corrientes, observo el
trasiego de personajes olvidados. Desde hace tiempo me aburre la buena
educación de escaparate. Los que me saludan con esmero mientras fuerzan la
sonrisa, los que no me saludan por desgracia. Me cansa la prisa constante, ver
vestir las apariencias de domingo, advertir el delirio del consumo, ver el
mundo ahogarse de un estampado nudo en el cuello.
Perder el
tiempo para después comprarlo.
No
existe competición para tanta hipocresía,
somos balseros remando hacia nuestra propia deriva.
Quien engaña no gana,
aquí quien engaña no gana...
Ojos de Brujo. Quien engaña no gana
El continuo
goteo de instantes da paso al transcurso de los días. Entre ellos, amontonados
y cubiertos de luz, excelentes hallazgos.
En mi
habitación oigo gritos. Es Abisinia que permanece precintada en una caja desde
hace tres días. Acudo a su rescate y afuera!!!!!!!!!!!. Nos vamos a disfrutar
de la ciudad con la suerte que una vez llegamos al obelisco esta partiendo una
Masa Crítica, somos cientos de ciclistas
los que tomamos las calles de Buenos Aires y las recorremos acompañados de una
muy buena onda.
La llegada
de la novia de Leo a casa me empuja a abandonarla. Demasiada temperatura. Medio
resfriado salgo a la calle. Sentado en un banco de una pequeña y arbolada plaza
observo la danza del tango, erotismo en estado puro. Dios que calor.
Xabi es
alavés y desde hace años, a pesar de su juventud, está fuera de casa viajando
por el mundo. Esta semana para ganarse la vida y poder pagarse un curso de
clown labura como vendedor de menús en un lujoso restaurante ubicado en la misma
plaza donde atónito observo el tango. Solo por mi aspecto ya sabe que nunca
entraré a comer allí, sin embargo tras unos minutos de conversación me ofrece
su casa para pasar la noche y ejerce de peluquero. Gracias patatero del
estrecho.
Calles
sucias de humo y desordenadas de gentío. Cascadas de ventanas se descuelgan
hasta tocar el suelo. Perdido en las mareas, arrastrado por las corrientes, me
abandono, me rindo, me dejo ir.
Éste es el mundo, amigo,
agonía, agonía.
Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades,
la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises,
los ricos dan a sus queridas
pequeños moribundos iluminados,
y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada.
Federico
García Lorca. Oda a Walt Whitman
Me mudo de
nuevo. Gabriela, “la Pome”, me cede una pieza de su linda casa y el salón de su
corazón para pasar mi última semana antes de partir.
Desde hace unos dias se mezcla la incertidumbre de mi futuro con la certeza
de horarios, vuelos y destinos. Tengo mas planes para los próximos 20 días que
los que tuve en los últimos 20 meses.
La ciudad me
deja rodarla y perderme entre su amplia red de carriles bici. Los días pasan y
poco a poco, a pesar de las noches de insomnio, como animal de costumbres que
soy, me adapto a lo inadaptable, a la contranatura. En ocasiones el reloj se
vuelve loco y se salta las horas acortando los días, otras veces recupera las
horas robadas haciéndolos interminables. Son seis días que llegué y me esta
costando mucho adaptarme a la vida en la urbe.
Un
choripan y una Quilmes en el parrimugre es el menú. Necesito comer algo, pero
es que los nervios me han cerrado el estomago. Hace tiempo los SKAp me
invitaron a un concierto y ese día ha llegado, es hoy. Me despido de la Pome
apoyando mi pecho en sus pechos y dejando caer el peso de mi cuerpo sobre ella
que me envuelve con sus brazos untándome de cariño.
_
Nos vemos Gabi, llego tarde al concierto. La digo con la voz inflamada por la
emoción.
_
Pasálo bien boludo!!, oigo a mis
espaldas. La bici, veloz, vuela, ya lleva casi una cuadra rodada.
“Se me hace
difícil vivir la vida sin querer, así que he decidido vivirla aposta”
Diario de Van Birloq
Me
deslizo entre calles altas como un chavón de 15 años. Me suelto de manos, me cambio
infinitamente de carril, adelanto a los autos reprimidos por el rojo de los
semáforos por derecha e izquierda. No cabe duda; estoy de subidón.
Una
vez en la puerta del hotel intento esconder mi euforia. Comienzan a aparecer
los componentes del grupo.
_Coño !! Si es el loco de la bici. Es la expresión mas común entre los faranduleros.
Abisinia y yo nos subimos a la furgo y nos
llevan para el estadio del Ferro, prueba de sonido, trompetas, guitarras, y
salto, salto, saltooooooooooooo.
Durante
el tiempo que estamos en camerinos este grupo de personas, sin conocerme de
nada, me hacen sentir como uno mas. Tomo gazpacho, tortillas de patatas y
croquetas. Para ellos esta comida es normal, pero para mi es extraordinaria
después de casi dos años sin probarla. No paro de comer mientras ellos no dejan
de hacerme preguntas. Admiran la valentía del aventurero que rueda con su bici por
los países que ellos visitan, esos mismos que a ellos, fuera del escenario y
del hotel, les parecen tan inseguros.
El
campo ruge, una hora de retraso hace que los canticos lleguen con claridad
hasta el camerino, 23ooo personas
abarrotan el estadio, el concierto comienza, se desata la locura.
A mitad del
concierto un parón entre dos canciones lo aprovecha Joxemi y tras la
presentación ruedo con Abisinia sobre el escenario. Podría decir; Que espectáculo tan patético!!, pero ya fue.
Nos
bebemos mi ultima noche y me despido de Argentina como se merece. Salimos al
boliche donde nos reciben como estrellas del rock y nos atiborramos de Fernet
como bolingas de barrio. Estoy con Julio, es el bajo del grupo y hermano de
Marco, el presidente del ateneo de Usera. Rápidamente llega el resto de la banda.
Hasta cerrar el local tuvimos tiempo para el baile, para el vacile, para la
charla y para los friquis.
Estos chicos
de SKAp son excelentes. Gracias a todos por este pedazo de regalo. Nos vemos.
RE-SIS-TEN-CIA DE-SO-BE-DIEN-CIA
Terminada
la fiesta agarro Abisinia y aun de noche rodamos hacia casa. Alumbrado por las
farolas deambulo entre adoquinadas avenidas, dejándome guiar por un sentido de
la orientación gravemente disminuido.
Camino hacia el amanecer, su luz ya se
refleja en las vías, en tanto miro el mapa de la ciudad y me doy cuenta que llevo
veinte minutos pedaleando en dirección contraria. Una sensación de angustia
comienza a superarme, estoy perdido, no se llegar, desorientado cruzo en varias
ocasiones la misma plaza, no me
encuentro, como acabo de decir; ANGUSTIA.
Hace
rato que llegó el sol cuando aun vestido y mojado por el sudor, me tumbo en la
cama.
Intento
dormir, desarmar este cansancio, pero me resulta imposible, estoy intoxicado,
sobrexcitado, y me queda día por delante. Esta misma tarde despega mi vuelo y
estoy sin preparar el equipaje y sin haber embalado aun la bici. Son muchas las
cosas que me quedan por hacer.
La
Pome es consciente de mi estado y sale a comprar desayuno. Poco mas tarde nos
despedimos agarrados a un choripan y la obligada Quilmes. Y es que hay que ver,
no hemos creció nada, verdad Gabriela?. Tú que pensabas que te podía leer la
mente. Pome, mil gracias por todo y un abrazo superespecial. Gabi, Leo, también
para vosotros, no os pongáis así.
Me
subo al avión que se va a encargar de cambiarme de hemisferio, de continente, de
vida, de mundo. Las luces se apagan, por fin el descanso me abraza y, agotado después
de 40 horas sin dormir, me entrego al sueño.
Con
la llegada del amanecer estiro las piernas en el pasillo mientras espero que la
luz verde del W.C. se encienda abriéndome paso. Alguien se me acerca y con un
claro acento francés me pregunta,
-
Tu eres Jorge? tu eres Van Birloq?. Dudo, no se que responder, estoy alucinando.
- No te acuerdas de mi? continúa. Nos
vimos en Monument Valley aquella tarde………
No
es posible, me rencuentro en el avión con una familia con la cual estuve en su
autocaravana, refugiándome del preludio de una tormenta en mitad del desierto
hace casi dos años. Me invitaron a café y me enseñaron como viajaban. Nos
conocimos casi en lo que era el principio de nuestros viajes y ahora retornamos
juntos a Europa. Es pequeño el mundo o no?
A
la llegada a Barcelona en el aeropuerto me está esperando Mauricio. Viajero en
proceso de despegue, con el cual me comunico desde hace tiempo. En cuanto se entera
de mi llegada se ofrece a venir a buscarme con el auto. Un abrazo y mucho ánimo,
despegaaaaaaaaaaaaaaaaaaa Mau. https://www.facebook.com/#!/BicicletaDelDestierro?fref=ts
Allí
también esta Liesbeth. La belga ha querido compartir este momento tan especial,
dentro de un viaje, como es el regreso y ha venido a recibirme. Gracias Chinita.
Su
presencia y el bálsamo de un beso trasparente amortiguan mi caída a este nuevo
y conocido mundo. A su lado paseo las calles de esta España de rostro lánguido,
recupero sabores olvidados en las tascas de un barrio Gótico animado por la
música callejera y disfruto de cuatro días abrazado por su calor y el
extraordinario, por olvidado, olor a sabanas limpias.
“De sol, espiga, y deseo, son sus manos en mi
pelo……. silencio, brisa, y cordura
dan aliento a mi locura”
Antonio Vega. El sitio de mi recreo
El
día continua creciendo, casi sin darnos cuenta un cielo de grana y oro nos
sorprende abrazados. Se oculta la luna en el negro, se ciñe tu cintura a la
mía.
Monto
la bici, Abisinia resucita, sale de su ataúd de cartón, y vuelve a la vida.
Ordeno mis alforjas, lleno mis pulmones de aire fresco, y con el peso de su
ausencia ruedo entre las avenidas de esta agradable ciudad al encuentro de
nuevas gentes.
Antes
de agarrar el tren que me llevará a casa de los Soris en las Borges, he quedado
con Zulima, Mustaros, y Pere. Nos conocemos desde hace tiempo por internet y ha
llegado el momento de ponernos caras. Me invitan a comer, me llenan una bolsa
de consejos y de repuestos para la bici, y me hacen sentir protagonista. Se
acuerdan mejor de las anécdotas que están escritas en este blog que yo mismo.
Malditas neuronas, donde os habéis metido??
Pero
este viaje no termina aquí. He decidido llegar pausadamente a Madrid, y ponerle
punto y…. como se merece. Voy a rodar sobre los lomos de mi fiel y debilitada
Abisinia, a la que los kilómetros no perdonan. La verdad es que ya desde hace
tiempo necesita repuestos y un nuevo punto de soldadura.
Recorreré
una España cambiada, con una mirada también cambiada después de casi dos años
en el camino. A mi paso por Vitoria esta planificado un encuentro con mi
compañero Lontxo y también se que nuevas aventuras y encuentros me esperan para
poner broche a esta parte de la aventura
que es la vida.
Como
lo oyes, desde aquí, desde mi cielo hispánico aromatizado por la brisa del
Mediterráneo, después de que el tiempo me haya transformado en un rastreador
infatigable de nuevos caminos, acojonado ante la linda perspectiva de
convertirme en un naufrago a la deriva, de no encontrar fin a esta vida de
rodar infinito, un gran abrazo colegas.
PIES DE FUEGO
Yo sé
que vas y
que vienes,
que corres
las escalas,
que
adelantas al viento.
Antes
de que
te llame
ya has
llegado,
y junto a
la agresiva
cintura de
la costa,
arena,
piedra, espinas,
vas a mi
lado,
en los
bosques pisando
troncos,
mudas
aguas
verdes,
o en las
calles
andando
intransitables
suburbios,
pavimentos
de
alquitrán fatigado,
a esa hora
en que la
luz
del mundo
se
deshilacha como
una
bandera,
tu, por
calles y bosques,
a mi lado
caminas,
bravía,
inagotable
compañera,
pero,
Dios mio!
Cómo
gastas
zapatos!
Pablo Neruda. Fragmento de Oda a pies de fuego
Excelente entrada Jorgito. Se escribe con dolor y esfuerzo o con sangre como dijo aquel filosofo. No repases los textos y sigue adelante. Suerte en la creación de tú nuevo mándala.
ResponderEliminarNos vemos en los lagos.
Con dolor, esfuerzo, sangre y algo de placer.
EliminarNos vemos.
Jorge
Ole,Ole,Ole, mi querido Jorge, aunque sea una expresión muy española, dice mucho sobre lo que siento, te deseo lo mejor y espero que en una de tus vueltas por los Alpes,igual te pierdes en algún cruce y te veo por aquí para darme un buen empujón, gracias por seguir inspirandome, un abrazo hermano y disfruta del pais de "Heidi"
ResponderEliminarSALUD Y BUEN CAMINO NANDO.
Quien sabe si no nos perderemos los dos y nos encontremos en uno de esos cruces.
EliminarLindo disfrutar de la vida, lindísimo disfrutar de la bici. Aquí y allí.
Nos vemos Nando!!!!!!!
Jorge
Hola ciclista Jorge,
ResponderEliminarQue lindo leerte, desde aquí, Francia, Grenoble. De conocer algo de esta bici que subió sobre el escenario de ska-p, de compartir tus sentimientos, tu regreso a España, que fuerza en tu historia, botas de fuego, botas de sangre ¡ botas de vida !
Suerte por el camino que te espera,
Nos vemos, seguramente, el mundo es un pañuelo
Eyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy
Eliminarque bueno oirte Thomas!!!!!!!
Gracias por tus palabras, un poco de suerte y un poco de fuerza nunca vienen mal.
Grenoble no esta lejos de Suiza, quien sabe donde nos encontraremos.
Un abrazo.
Jorge, un ciclista al menos de sentimiento.
Triste es el regreso del que ama alejarse y conocer el mundo, pero la vida no termina y las nuevas ocasiones saltaran a tu encuentro, bienvenido a la piel de toro, nos veremos cuando nos veamos, y nos contaremos lo que hay que contarse.
ResponderEliminarUn abrazo desde Sanagus,
ZEX
Solo tenemos que darle un empujoncito y todo llegará.
EliminarAbrazo grande Ce.
Hola, Jorge. Enhorabuena por ser tan valiente. Dime cómo se pueden ver las fotos de tu periplo en bici por el Nuevo Continente. No sé cómo verlas. Gracias. Lino.
ResponderEliminarHola Lino!!!!!
EliminarDe momento creo que para verlas debes de visitar cada entrada, pulsar la primera foto y asi te aparece una galeria.
Un abrazo para todos.
Jorge
Jorge, no se donde andas o si ya lo sabes, pero creo que querras saber que ayer dia 4 de Junio le dio un derrame cerebral a Luison el de la fabrica (el marido de Olga), esta con muerte cerebral y parece que es cuestion de horas que nos deje.
ResponderEliminarSiento dejarte aqui la noticia