ENCONTRANDO EL SUR II

Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.

Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.

La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.

Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.

El sol de Rio Negro, edición de la mañana.

miércoles, 8 de agosto de 2012

El mundo es ancho y ajeno




Perú III (Caraz, Punta Olímpica, Chacas, Yanama, Llanganuco, Caraz) 260km, 5580m+


En realidad, subió también porque le gustaba probar la gozosa fuerza de sus músculos en la lucha con las escarpadas cumbres y luego, al dominarlas, llenarse los ojos de horizontes. Amaba los amplios espacios y la magnífica grandeza de los Andes…..........


                                                                      
Abandonamos nuestra fatiga por las calles de Caraz y nos enredarnos en otra aventura. Parece que nuestros espíritus cada vez quieren mas, nuestras piernas conocedoras de sus deseos rezongan; pero cuando se acaba esto?. Pobres, no saben lo que aun las espera  en los próximos meses.

Vamos a dar una vuelta por el interior de la Cordillera Blanca, si en bici!!, esta vez me deje el piolet en casa. La cordillera se extiende casi 180 kilómetros, tiene 29 nevados por encima de los 6000m y 663 glaciares. Nosotros vamos a rodar entre sus quebradas ascendiendo y cruzandola en dos ocasiones. La carretera, asfaltada al principio, rápidamente se convertirá en una pésima pista. Tres collados nos esperan, uno cercano a los 4900 metros, estaremos rodeados continuamente de nevados, de sus nieves perpetuas. Allí arriba faltará el oxigeno.

Que es una raya mas para un tigre??




Midiendo la dureza del recorrido y sabiendo que va a ser un tour circular regresando al punto de partida, dejamos la mitad del equipaje en Caraz. Estos dos cowboys de la bicicleta viajan con una sola tienda de campaña, espero que esto no acabe a lo Brokeback Mountain.




Empiezo la mañana con un poco de desanimo, la vuelta a la bici no me sienta bien, creo que mi cuerpo y mente quieren mas días de reposo. Entrando en la quebrada Ulta perdemos al tráfico, aparece el sol, carretera estrecha y asfaltada, pendiente media donde puedo agarrar buen ritmo, una bici que pesa 15 kilos menos de lo normal, llenando el horizonte nevados que se acercan cada vez mas …... Macagüen, me pongo en pie sobre los pedales, demarro y me siento ciclista de etapa dolomítica. Y que le voy a hacer si “yo soy ciclista porque el mundo me hizo así”. Ya lo dijo Janette.



Noche al raso bajo la luz de un cielo estrellado. En esta cúpula no hay lugar para todas, entre ellas luchan por ganar su sitio, las mas débiles, heridas de muerte, caen  fugazmente. Bonito espectáculo que me conduce hacia el sueño.

A la vuelta de curva, me detengo a observar tanta belleza escondida tras la loma. A partir de aquí comienza la ascensión seria, hay que adentrarse entre esas moles de hielo y roca, conquistar el otro lado.


Para entrar en el reino de las montañas negocio con ellas. Me ofrecen compañía fiel y un “me verás pero no me pisarás”. Yo de mi parte sumisión a sus pendientes, tolerancia a sus crudas noches. Fui admitido y condenado a rodar cinco días en este país de las Maravillas.



Punta Olímpica es un collado de 4890 metros de altitud. Para ascenderlo hay un ascensor de curvas en zigzag. Evitando un glaciar llegan hasta el hombro de la montaña. Allí el hombre ha sajado la roca para darnos paso. Las montañas que  rodean la ascensión son impresionantes, a cada metro que avanzas tienes una perspectiva diferente de sus aristas, de sus formas, de sus glaciares. A medida que asciendes el hielo glacial del nevado Contrahierbas se acerca, casi podrías tocarlo. Atrás dejaste los pastos de la quebrada, los glaciares del Huascaran y del Chopicalqui, pero no su presencia. 


El ritmo por obligación lento, ya no por el porcentaje de las pendientes sino por la altitud, regula Macario regula!!. Pasan las horas y notas que te va faltando oxigeno, las bocanadas de aire se suceden, incesantes, insuficientes, y  a falta de un kilometro el piso de la pista se vuelve difícil, el objetivo mas cercano. Inalcanzable parece la brecha que veo sobre el hombro de la montaña, patino y mi último aliento se quema antes de coronar. Agacho la cabeza, apoyo el pecho contra el manillar, mi boca se abre buscando llenar los pulmones de un aire que no los sacia. Empujo la bici durante los diez metros finales, pudo conmigo.


“El acompasado empuje de cada pedalada, el asonante golpe de cada gota de sudor estallando contra el cuadro de la bici, el rítmico bombeo de mi fiel corazón, me hacen entrar en un estado de ensimismamiento, de meditación. Esta sincronía me ayuda a disfrutar de las horas de continuado y lento ascenso. Parece que nada pasara, todo discurre mansamente al son que marca el concienzudo esfuerzo antes de trasponer el silencio.”

                                                                                                                     Del diario de Van Birloq.


Al bajar, interminable sesión de paisajes alpinos a cual mas asombroso. Ahora a los nevados se les unen lagunas de un color turquesa que pareciera artificial.  Llegamos a Chacas con las fuerzas justas y…….. sorpresa, me encuentro dentro de la iglesia. Nos acoge una parroquia, la del padre Hugo. Ha fundado en la región una red de parroquias que  ayudan verdaderamente al necesitado. En el mismo Chacas hay una fábrica de muebles y de vidrieras en la que se enseña el oficio a los jóvenes que así lo quieran, detrás de todo esto educación cristiana.



Para nosotros una habitación, cama con sabanas que huelen a suavizante,  ducha de agua caliente de verdad, una cena servida, café de cafetera y de postre un padre nuestro, un ave María y un señor perdona nuestros pecados. Cecilia y compañía, gracias por hacerme sentir tan bien y tan limpio.


Ya en el Callejón de los Conchucos sabemos que aquí dentro no nos puede esperar un día fácil, lo es menos cuando al comenzar bajamos unos 500 metros mas de desnivel que no esperábamos y que después vamos a remontar entre montañas salpicadas de pequeñas aldeas. La cosecha del trigo las hace bullir de actividad, unos separan el grano, otras lo ponen a secar, otros cortan la paja dejada en la chacra y que servirá de alimento al ganado.


Charlaremos con niños de granados mofletes pintados por el mismo frío que seca y corta su piel. Aquí a 3800m ninguna casa tiene calefacción ni agua caliente. Diariamente caminan ente trochas mas de media hora para ir a la escuela (también para volver). El trayecto de hoy será mas ameno, muchos corren detrás de nosotros, otros nos empujan, otros agarran sus bicicletas y nos acompañan. Todos llegan  sudando.


La carretera nos exprime, nos seca de energía. Hay que reponer fuerzas para mañana, van a ser necesarias. En la tarde normalmente dedicamos una hora y media a la cocina. Primero hacer la cena, hoy espaguetis con verduras, otros días arroz con bonito, tomate y aguacate. Posteriormente un tazón de chocolate con harina de cebada y panecillos, hay que darse algún lujo, mas tarde cocer mas arroz para a la mañana mezclarlo con leche, avena, eco, quinua, azúcar y desayunar este adictivo engrudo que me ayudará a rodar hasta media mañana, es superenergético. Después de bromear con el director esta noche el sobre me espera en el salón de actos del colegio de Yanama.


Os acordáis de mi saco de dormir, el que ya no calienta, pues antes de salir y amenazado por las bajísimas temperaturas nocturnas me compro unos leotardos que acá usan las mujeres andinas debajo de las polleras (faldas). Que deciros…. cuando llega la tarde acompañada de frio tengo un aspecto pa´joderme, pero caliente.



Si subir a Punta Olímpica fue una osadía, subir al Portachuelo de Llanganuco (4767m) se va a convertir en un sacrificio. Remontamos como penitentes una trocha tan mala que en 35 km no puedo ponerme en pie sobre la bici ni una sola vez. Concentración absoluta para buscar la piedra menos mala donde la bici te hará una cabriola, es una autentica tortura. Mi culo sufre estas cinco horas de ascenso hasta quedar como la bandera de Japón. 


Creo que es la peor de las trochas por la que he rodado en mi vida. El Markus fue así de tajante al definirla; “muchos tramos en los límites de la ciclabilidad, tanto para subir como para bajar”


Una vez coronado el portachuelo estas muy cerca del reino del cóndor. Cruzo la brecha que me ocultaba el horizonte y este lo perfila un monumental circo  de nevados. Desde el alto la grandeza del mundo se muestra pura, casta.  Un viento fino corta la capa de sudor que barniza mi cuerpo. Hace frio y falta el aire. Inspiro dos veces para tomar el oxigeno que abajo  tomaría en una. Sentado en la roca que me hace de mirador desaparecen los minutos. Admiro un mundo ancho y ajeno.


Bajar de aquí va a ser casi  tan duro como subir. La pista de este lado esta en peores condiciones. La tierra engancha por el cuello a mi rueda delantera, y vuelo unos metros sobre la bici sin llegar a caer al suelo (todavía me quedan reflejos de portero). Las curvas se suceden y el agua lechosa de los glaciares me acompaña hasta las Lagunas de Llanganuco para otorgarlas un color por mi indefinible.


La tarde embriagada de frío se acerca, debemos de encontrar un lugar escondido para acampar, no nos da tiempo a bajar mas (5 k/h de media en la bajada), no hemos pagado entrada al parque,  y tampoco queremos pagar un pastón por montar la tienda. Una derruida casa, despojada de tejado y de alguno de sus muros de piedra, que en su día fue hogar para bestias y humanos nos ofrece refugio de viento y de los guardas del parque. Su ubicación en medio del circo glaciar a 4400m y rodeada de estos gigantes entre los que predomina la raza aria, es un privilegio.



El Huascaran lleva todo el día oculto pero con la llegada del atardecer pierde el pudor, las nubes se apartan lentamente hasta desnudarlo. Al frente, como todas las tardes desde hace miles de años, el sol se esconde tras el Pisco hechizando sus paredes.



Un incontenible pis nocturno, siempre inoportuno y mas con este frio, me saca de la tienda. Fuera, una noche de sombras. Una luz de media luna alumbra y me muestra una novia que me atrapa con su belleza. Vestida con un  resplandeciente traje de hielo blanco pulido por el sol de mediodía, encorsetada entre pliegues de glaciar, peinada con onduladas morrenas largas y tocada con un velo de nieve nacarada que deja caer sobre sus hombros descubiertos en piedra. En la clavícula lleva tatuada una carretera con cabeza de lobo y cuerpo de serpiente que baja hasta mi……... Tentación. Hace frio, me vuelvo para la tienda aterido, no es momento para cuentos de hadas.


Una vez metido en estos lugares el tiempo pasa, nadie lo mide, yo no lo siento. Este retiro de humo y ruido me hace perder la noción del tiempo según la medida oficial, la de las agujas. Lo sucedido hace una semana al recordarlo me parece que fue hace un año y lo sucedido hace un año lo recuerdo como si fuera ayer. Los recuerdos que te quedan, después de largo tiempo, son recuerdos que han dejado un poso tan grande que están en mi memoria como recién vividos. Por otro lado la intensidad del día a día es tan amplia en experiencias, que se amontonan (algunas aun sin digerir) alejándome de un pasado cercano.


Se enreda el lunes con el martes
y la semana con el año.
No se puede cortar el tiempo
con tu tijeras fatigadas,
y todos los nombres del día
los borra el agua de la noche.

                                                             
                                                                                         Neruda. Demasiados nombres.



Llegando a “casa” (en ocasiones echo de menos un sofá, un rincón de esos que haces tuyos) pasamos por Yungay. Pueblo sepultado por un aluvión de hielo y roca que se desprendieron de una de las paredes del Huascaran después del terremoto del 70. Solo se salvaron las personas que estaban en el circo, situado en un alto del pueblo. Ya en Caraz el comedor de Lucia en la galería del mercado, los quesos curados que se engullen en un día, y la mirada del Huandoy nos esperan.



Día de descanso y en la caja de un pickup llegamos a Huaraz. Entramos en una cafetería y nos encontramos con Cass, apasionado amante de la bici y de los viajes. Seguía su blog desde hace tiempo y ahora charlamos tardes enteras a cerca de fotografía, mapas y bicicletas. Cass es el Reinhold Messner de la bici, practica lo que en montaña se definió como estilo alpino. Poco peso y ataques rápidos. Su equipaje y su bici son livianos (+/- 30k ambos), lo que le permite rodar casi siempre entre caminos de tierra que en ocasiones no aparecen ni en los mapas, avanzar rápido y disfrutar de paisajes al alcance de pocos. Un minimalista. 



Me quito el sombrero y doy la enhorabuena a los “locos” que han hecho este recorrido con todo el equipaje, mayor admiración si lo han hecho en sentido contrario. Me parece casi imposible rodarlo y aun más el poder disfrutarlo. También quisiera hacerle un homenaje más que merecido a esas máquinas, “las quitapenas”, que nos trasladan por estos lugares haciéndonos felices, que sufren como nosotros y no se quejan. Para ello no encontré mejor manera que utilizar las siempre certeras palabras de Lontxo (otro que se merece un homenaje); “las bicicletas son también así: animales nobles, tan sólidos y robustos como los sueños que transportan y tan fieles a ellos que a veces hasta cuesta creerlo.”



Desde mi cielo, urbanizado de amplias avenidas engalanadas con monumentales estatuas de hielo y piedra, con plazas sembradas de glaciares y fuentes de agua turquesa. Un ensimismado abrazo mis estimados vivientes.




………Gozaba viendo el nevado Urpillau, canoso y sabio como antiguo Amaut, el arisco y violento Uarca, guerrero en perenne lucha con la niebla y el viento ; el Aristadohuilloc, en el cual un indio durmió eternamente de cara al cielo; el agazapado Puma, justamente dispuesto como un león americano en trance de dar el salto; el rechoncho Suni, de hábitos pacíficos y un poco a disgusto entre sus vecinos; el eclógico Mamay, que prefería prodigarse en faldas coloreadas de múltiples sembríos y apenas hacia asomar una arista de piedra para atisbar las lejanías, este y aquel y esotro… El indio Rosendo lo animaba de todas las formas e intenciones imaginables y se dejaba estar mucho tiempo mirándolos En el fondo de si mismo, creía que los andes conocían el emocionante secreto de la vida.”
    
                                                                       Ciro Alegría. El mundo es ancho y ajeno.

2 comentarios:

  1. Viaje por el tiempo y los recuerdos y emocionante pedaleada por los Andes en lo que duran unos minutos de lectura. Saludos desde Anchorage: Lontxo

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  2. Espectacular amigo.. esperamos que puedas retornar a nuestra tierra. Muchos saludos desde Vaquería, Ancash, Perú.
    http://centroturisticoillariyenvaqueria.blogspot.com/
    http://www.facebook.com/illariy.vaqueria

    Magaly Rojas
    Illariy

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