Cuando la hospitalidad no tiene precio

 "Es bueno saber que en algún lugar del mundo, llueve o truene, hay un plato de sopa esperándote”

                                                                                                             El bueno, el feo y el malo.

El buscar un lugar donde dormir es una tarea que con la  práctica diaria se ha convertido en un verdadero arte. Con el paso del tiempo se desarrollan habilidades que van directamente  asociadas al “evolucionar o sufrir”.

Voy a contar como me lo monto para ir de un lado a otro encontrando un lugar diferente cada noche.

La primera, principal y placentera, (la triple P), es dormir en mi tienda de campaña en mitad del monte. Un atardecer lo mas apartado posible de cualquier carretera o zona habitada me asegura un profundo descanso enraizado a la madre tierra.

Otra opción es encontrar un techo. Para ello, cuando te diriges a los paisanos que encuentras en el camino, es muy importante manejar los códigos  de  comunicación entre personas que se acaban de conocer.

Hacer una breve presentación de quien eres, de donde eres, y de dónde vienes (siempre dejando espacio a su curiosidad), hablar de temas que ellos conozcan y saber adaptarte a su nivel cultural y su jerga, es necesario. Todo con tranquilidad y tomándote tu tiempo y también dándoselo a ellos para que lo asimilen (no esperes que todo el mundo funcione al mismo ritmo que tu). La ansiedad y las prisas están asociadas al fracaso. La confianza entre ellos y el extraterrestre que llega, que en este caso eres tú, debe macerarse, cocinarse a fuego lento.

Todo esto derrumba murallas de modo más eficiente que una catapulta. Una vez rota la barrera del recelo, llegar a este entendimiento enriquecerá tu viaje, descubrirá ante ti lugares y costumbres hasta ese momento desconocidas, en ocasiones sacadas de documental de la 2.  Muchas sorpresas te esperan…...

 “Alégrese de su camino hacia delante; nadie puede seguirle. Sea bueno con los que van quedando atrás, seguro de usted y tranquilo ante ellos. No los atormente con sus dudas. No los intimide con su fe, con su entusiasmo ellos no podrían comprenderle. Trate de comunicarse con ellos en la sencillez y en la fidelidad; esta comunión no debe sufrir necesariamente las mismas transformaciones que usted. Ame en ellos la vida bajo una forma extraña.”

                                                     

                                                                          J. Rilke, Cartas a un joven poeta.

Si llegas a una linda casa en mitad de la montaña y te está esperando una chica (la cual solo conoces de haberla enviado un email), y te dice apresuradamente;

- Me voy a trabajar, volveré mañana, esta noche viene mi novio y él ya hace la cena para los dos, aquí tienes tu habitación, la ducha y las llaves de la casa. Adiós que llego tarde.

Alucinas.

Amanda pertenece a una asociación de hospitalidad que se podría llamarse Warmshowers o Couchsurfing (las encuentras en internet). La primera es solamente para ciclistas y la segunda para todo el mundo que quiera. Se utilizan de un modo sencillo. Solamente has de inscribirte, crear un perfil y solicitar a las personas que estén disponibles en tu camino su hospitalidad. Este tipo de alojamiento tiene una principal ventaja, normalmente vas a tener como guía a una persona local. En el caso de Warmshowers además compartes la afición por los viajes en bicicleta. Os puedo asegurar que os vais a encontrar gente con muy buena onda, normalmente son viajeros que les gusta echar una mano al que en esos momentos se encuentra en el camino.

Estas dos asociaciones son completamente GRATUITAS. Muchas personas se extrañan y no comprenden porque alguien le da alojamiento y comida a otra persona a cambio de “nada”. Realmente lo dan a cambio de nada material, pero todo lo que se llega a compartir y aprender NO TIENE PRECIO. Es algo que no puedes comprar en ningún paquete vacacional, en ningún supermercado. Es una relación que se establece entre seres humanos que se tratan de tu a tu derrumbando las barreras de idioma y clase social. Solamente tu puedes llegar a crearlo, a darle forma con la complicidad del que te alberga.

En todo este tiempo he pasado de levantarme a la mañana en casa de quien no tiene ni para comprar la leche de su bebe, a, en esa misma tarde, dormir en la casa más lujosa con despensa repleta. En cada lugar y cada persona entiende la hospitalidad y la practica de un modo diferente. TODOS son respetables, muy respetables.

Otra manera de conseguir hospedaje es recurriendo a las instituciones públicas. Puedes pedir un lugar donde cobijarte en los colegios, polideportivos, ayuntamientos, bomberos, policía, etc. Altamente recomendable dirigirte  en cualquiera de ellas directamente al responsable de mayor rango. Ya me contareis vuestras experiencias en este capítulo.

A mi entender conseguir lugares donde dormir no es solo una manera de ahorrarte el dinero del alojamiento o evitar una noche de acampada. Se trata de poder enriquecerme, de aprender diariamente de otros tipos de vida, de otras maneras de querer, de otras maneras de comer, de otros modos de………….. Y al igual que ellos me dan, de mi lado intento dar lo que puedo y llevo dentro. En ocasiones son cosas materiales; una botella de vino,  lavar los cacharros, ayudar en cualquier labor de la casa, unas tortillitas de patatas… Y en otras hace mas ilusión un abrazo, una sonrisa  y siempre, siempre, un poquito de buen rollo. La vida es como el eco, te devuelve lo que tu la das. Elige.

Os aseguro que  lo mejor de este viaje esta siendo el descubrimiento de este grandioso tesoro. Me está aportando en lo personal más que todos los lindos paisajes que se suman a mi “curriculum” de lugares visitados.

Olvida tus miedos y abre la puerta a la vida, a la que porta la gente con ansias de mundo, con apetito de conocer y anhelo de compartir. Relájate y disfruta.

“Asustadores profesionales, sembradores de pánico que nos condenan a la soledad y nos prohíben la solidaridad.”  

                                                                                            Eduardo Galeano.

Todo mi respeto a los que me dijeron no, a los que me cerraron el paso cuando lo necesitaba abriéndome otras puertas y …………….GRACIAS MIL a todos los que me recibís en el camino, a todos los que me hacéis sentir como en casa, en MI casa.

Por llenar mi cielo de luz, por todo lo que estáis aportando a este viaje que  también le hacéis el vuestro, MIL GRACIAS.

Y recuerda, siempre queda la opción de recurrir a un hostal barato y dormir en una habitación/zoológico.