ENCONTRANDO EL SUR II

Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.

Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.

La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.

Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.

El sol de Rio Negro, edición de la mañana.

viernes, 8 de junio de 2012

Verde que te quiero verde



Colombia II, (Mocoa, San Francisco, Ipiales) 235 km, 6840 m+


Cerca del nuevo fin
tabú, fuego y dolor.
La selva se abrió a mis pies
y por ti, tuve el valor de seguir.

Al ánimo de brillar
la luz se adelantó
trepando montañas fuí ...

                                                                                                            Gustavo Cerati. Tabú


Hace dos horas que cayó la noche y con ella el frio. Estoy en la selva que abre la puerta a la Amazonía, en un chamizo de madera donde sirven algo de comida. En sus proximidades he podido acampar, apartado de todo y creí que de todos. Cristóbal es magistrado y dos meses atrás recibió dos tiros en el pecho, le intentaron asesinar. Sosteniendo un café me cuenta como han evolucionado en los últimos años la guerrilla, los militares, los paramilitares, la droga, etc,. Auténticas historias de terror. En esto llega el mecánico que debe reparar su auto y que le tiene allí retenido.
Trescientos metros mas allá del chamizo me abro paso en la oscuridad. Me acerco a la tienda de campaña para coger la linternay cuando me incorporo...............me encuentro rodeado de tres tipos con el rostro pintado de negro. El reflejo de la luna sobre sus fusiles bien pegados al pecho.



En un mapa vi Mocoa, estaba alejado de todo y para llegar de allí al Ecuador no aparecía carretera dibujada. Preguntando me dijeron que había una destapada (carretera sin asfaltar). Mas tarde contacte con compañeros de la cicla y me dieron detalles del camino. Parecía interesante.


Esta senda cruza la Cordillera Andina de este a oeste, son 140 kilómetros, con un desnivel superior a los 4600 metros, 4 pasos de montaña, dos de ellos por encima de los 3000 metros, el 50% de la ruta esta sin asfaltar. Este es el resumen numérico,  siempre frio. Lo que no me deja frio, a pesar de las bajas temperaturas y la lluvia soportada, es el paisaje que he recorrido. Os explico porque denominan a esta carretera “el trampolín de la muerte”.
La senda serpentea, repta, en busca de un camino que parece imposible trazar por lo escabroso de su orografía y por lo abrupto de su vegetación. Se abre paso entre  montes enmascarados unos tras otros hasta el infinito. Los frenos de los camiones sollozan la bajada, suplican que esta  termine, dándote la pista de por donde has de escalar.  Desde el sillín es difícil descifrar cual será su recorrido.



El agua recorre las quebradas  desmenuzando tierra con la misma facilidad que  lo haría con terrones de azúcar. Los puentes y caminos no soportan tanta inestabilidad y deciden resignarse a su continua desaparición y recreación. A mi paso el agua de las cascadas cubre las bielas.

La tierra herida por el tajo infringido al paso de la carretera se desploma. Descarnada, arrancada de toda vegetación, cubre la carretera dejando un lodazal en el camino. Las rodadas van quedando atrás grabadas en el barro, persiguen inagotablemente mi esfuerzo.

Alegria en movimiento

Los continuos caballitos que hace Abisinia al rodar sobre la piedra equivocada me hacen estar atento al 100% de donde piso. Has de mantenerte concentrado en todo momento, ver por donde ruedas, y manejar con un continuo balanceo del cuerpo las incesantes tarascadas de la cicla. Es agotador.

De mi cabeza caen gotas dulces y saladas, lluvia y sudor. La niebla llega con su aplomo, con su liviana y firme potencia, para caer sobre mi y echar el telón sobre el paisaje. Se acabaron por hoy las vistas de la selva del Amazonas.



Al acabar la jornada me siento mas un guerrero que un ciclista. Empapado, cubierto de barro, repleto de cansancio. Combinación que extrañamente me hace sentir feliz.

La presencia de un convoy con autos de la ONU y de la Cruz Roja Internacional me recuerda que estoy en zona guerrillera y que son estos los que están negociando con las FARC la liberación del periodista francés secuestrado. Estoy cerca de la zona donde desapareció.


Restaurante Loreni, partido en dos por el derrumbe.


Después de dos días de ciclada al llegar al valle de Sibundoy se acaban los 70 kilómetros de pista cubierta de piedras y desniveles. Ahora me esperan otros 70 de carretera cubierta solo de desniveles.

Son dos días mas para llegar a la panamericana, atrás dejo dos colles de mas de 3200 metros con un frio invernal acompañado de esa lluvia que me ha cogido cariño. Pero aquí las piernas ya encienden la señal de empty, se enciende la reserva, están vacías. Son seis días sin descanso y se amontona la fatiga en los músculos. Necesito encontrar una habitación donde descansar y un lugar donde comer como un tragón.


Como en casa.

A diario paro en los puestos de la carretera buscando a Juan Valdés, me he hecho adicto al café y aquí en Colombia no hay excusas. Un tinto (café negro) y unas arepas (masa de harina frita) me ayudan a luchar contra el frio y el hambre.

Tras un mes apartado de la Panamericana vuelvo a la carretera principal. Desaparece la tranquilidad, has de estar pendiente del tráfico y masticar chicles de monóxido de carbono que te escupen a la cara los tubos de escape de los autos.


Una rampa de quince kilómetros me regala treinta de bajada espectacular, luego serán cuarenta de subida. Todo lo que sube baja. El paisaje es grandioso, descensos de casi 2000 metros abren profundos y verticales valles que ahora disfrutas en la bajada mañana será en la subida.


De este modo llego a la frontera con Ecuador y por fin me tomo un día libre con agua caliente después de mas de un mes y medio de ducharme con agua fría!!!!. Han sido pocos kilómetros pero muchísimo desnivel. Lo que se avecina parece ser mas de lo mismo. Estoy en el medio de la Cordillera de los Andes y voy hacia el sur sobre esta inmensa montaña rusa.





Cuando decidí comenzar este viaje tenía claro que quería enfrentarme a algo desconocido; a conocerme desde la soledad. El itinerario debido a diversas “revoluciones sociales” se alteró en varias ocasiones, pero no así la decisión de partir solo. Después de más de once meses de viaje, de haber cruzado Norteamérica y Centroamérica y bajar raudo al encuentro del Ecuador de la tierra en bicicleta, disfruto mucho de mi compañía, de la libertad de viajar solo y de estar siempre de acuerdo con mis decisiones, aún cuando me pudieran parecer erróneas. Cierto que en ocasiones echo de menos tener alguien con quien compartir esta experiencia. A día de hoy, reconozco no ser uno de esos viajeros de larguísimo recorrido en solitario. Estoy fuera de mi hábitat. Soy como el pulpo; “animal de compañía”.

¿Qué podemos ganar viajando
hasta la luna si no somos capaces de cruzar el abismo que nos
separa de nosotros mismos?
Este es el más importante de todos
los viajes de descubrimiento, y sin él, todos los demás no sólo
son inútiles, sino desastrosos.
                                                                                            T. Merton



 Esto no deja de ser un aprendizaje diario en el cual te das cuenta que todo tiene la importancia y la fuerza que tu le quieras otorgar. Sigo disfrutando todo lo que me dejo, que no es poco, y vivo el momento con tranquilidad. Y es que en el viaje nunca estas verdaderamente solo. Cuando en mitad de la noche crees que lo estas, te rodean tres tipos armados, vestidos de camuflaje, identificándose como miembros del Ejército Nacional en lucha contra la guerrilla.  Una vez pasada la impresión no te queda mas que compartir un rato de charla y  bromas.
Última hora; la mitad de las fotos de esta etapa se han “perdido”, mas detalles en la próxima entrada; “Sucedió en Colombia”.



Desde la alta altura de mi cielo, donde observo y tomo conciencia de lo extenso y profundo de este continente. Un abrazo vacano vecinos.





Desde aquí quiero compartir con vosotros algo que leí en el blog de Lontxo. Quince años sobre su bici recorriendo mundo lo abalan.  Fue leerlo y transportarme en el espacio y el tiempo.                        http://munduanbarrena.blogspot.com/




"... hace ya unas semanas que crucè la Gran Frontera y estoy atravesando ahora las tierras àridas y ocres del norte de Arizona y sur de Utah. Acampo hoy en un promontorio, cerca de la carretera pero oculto de ella, entre arbustos y àrboles bajos. Mirando solo a los troncos leñosos y secos casi se diria que estan muertos, pero no, no lo estan. Agujas verdes cubren la ramas, hay frutos, unas pequeñas bolas grises, y plantas aromàticas cubren la tierra roja que los rodea. El aire huele a limpio y nuevo, a humus y a bosque. Veo una luna que pronto serà llena desde la entrada de mi tienda. Esta es mi vida ahora. Durante el dia atravesar tierras semi vacias, que parecen no tener fin. Por la noche acampar en bosques o desiertos, cocinar, y leer o escribir un poco si es que antes no me vence el sueño. Los dias son secos y soleados, las noches frias. El lobo solitario que llevo dentro se alegra de esta vuelta al monte y a los ritmos silvestres y huraños. Casi le escucho aullar, haciendo eco a los coyotes que por aqui rondan. Otras veces en cambio calla y mira en silencio, impresionado por la fuerza mìtica de estos paisajes inmensos, por su belleza casi irreal. Este lejano oeste es asi: lejano y salvaje todavìa y mucho màs hermoso en la realidad que en ninguna  pelìcula.
Mi otro lobo sin embargo, el màs gregario y sociable, echa de menos el roce, el bullicio y el idioma, y se acuerda mucho de la Amèrica de ustedes, de la Amèrica Latina..."


Salt Lake City, 2012ko apirilak 26



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