Chile, Argentina V (Villa O´Higgins, El Chaltén, Fitz
Roy, El Calafate, Perito Moreno, Puerto Natales, Torres del Paine) 650 km, 4615
m+
Lucha de
gigantes,
convierte,
el aire en gas natural.
Un duelo salvaje
advierte,
lo cerca que ando de entrar.
En un mundo
descomunal
Siento mi fragilidad.
Antonio Vega. Lucha de gigantes
Paseo
en bici hacia el puerto. La noche llegó hace tiempo y en solitario ruedo su
oscuro vacio. La luna se engancha con las nubes en un ir y venir, en un
interminable juego de sombras chinescas proyectadas sobre interminables laderas
nevadas. Las olas sacuden cachetazos salados a la proa de ese barco abandonado
que nos protegerá del viento. Una playa, unos amigos y un fuego me están esperando
para cenar.
Habíamos
abandonado a regañadientes la familia de Tsonek. Queríamos quedarnos, al mismo
tiempo sabíamos que debíamos partir. Esta es una de las mejores lecciones del
viaje dentro de la asignatura del desapego; aprender a dejar atrás lo querido, abrir las puertas a lo que está por venir.
En el ecocamping
hemos vivido unos días de desarrollo sostenible de la amistad. Hemos elevado a la
máxima potencia el significado de compañero, amor al prójimo, compartir.
Lecciones impartidas y compartidas por Mauro, Julia, Ricardo, Rodrigo, y ……. a
todos ellos, un abrazo de corazón y un millón de gracias. Partimos.
Son
las 7 a.m. y subidos en la cubierta, embadurnados en la dulzura de días
pasados, nos despedimos de Julia y de Mauro, que han madrugado para venir al
puerto a despedirse, con un “Hasta siempre”. Tres horas de navegación entre la
cordillera nos muestra su corazón de agua, roca y hielo.
Con
un cierto desanimo o bastante pereza, quizás causada por una inesperada resaca,
retomo el camino. Llegó la hora de empujar la bici. Un ripio totalmente
destrozado nos obliga poner pie a tierra, es imposible dar pedales. Avanzo
despacio y veo la foto, me falta un personaje en ella, así que me quedo
esperando que Ana y Fer aparezcan.
Tras
la loma oigo los gritos de mis compañeros, subo buscando la razón de tanta
algarabía, y a vuelta de curva el horizonte toma distancia. Allá a lo lejos veo
una figura de roca que me es conocida. Muchas veces lo vi en libros de montaña
y fue el destino de un viaje nunca
realizado. Quería verle, rodearle, andarle.
Diecinueve
meses de camino y unos 27ooo km me han traído aquí. No me lo creo, estoy acá,
esto es demasiado. Tomo dimensión de lo realizado, de un sueño resoñado y que
ahora mismo, en este preciso instante, es realidad. Llegar hasta este lugar
viniendo desde tan lejos y hacerlo con una bici desplazándome por un planeta
tan lindo hasta estar frente a él…………….. Mi interior se inunda la alegría.
Estoy
frente al señor Fitz Roy. Se eleva entre el resto de los montes que le rodean
exhibiendo su esbelta silueta, se insinúa levemente tocado de nubes.
“Llego galopando sobre una Abisinia
desprovista de crines y cola. Rocinea hacia
gigantes que agitan sus nubados brazos dejando entrever un pecho
granítico. Doy de biela a mi caballo y sin atender las voces de mi escudero me
lanzo hacia ellos en fiera y desigual batalla.”
Del diario de Van Birloq
Si
la pista había sido pésima hasta aquí ahora ya no es pista. Comienza el momento
de cargar la bici a cuestas durante muchos metros, de empujarla de a tres, de
sacar las alforjas para poder pasar. Tenemos por delante unos 15 kilómetros de
senda de montaña. Arboles cruzados en el piso, rampas cortas y empinadas,
troncos tumbados en el rio a modo de puente, peligrosas ramas que aparecen a la
altura del tobillo, pasos estrechos entre matorral tupido, angostos pasillos
escavados en la tierra ……esto parece el ciclocrós de Lekeitio.
La
mañana embriagada de frio aparece tras el velo rojo, llueve y unos besos
furtivos se cuelan en mi carpa. Despertamos listos para continuar, unas
lentejas con arroz que sobraron en la cena y la cubierta de otro pequeño barco
es cubierta por once bicis, avalancha ciclista.
El filo de la
laguna del desierto es recibido por un ripio inquieto. Rodamos amenazados por
la lluvia y nos acercamos de a pocos a la gran montaña empujados por la espalda
por un fuerte viento patagónico.
El Chalten
es un pueblo donde hay mucho turismo de montaña y lindos paseos. El encontrar
civilización después de tanto tiempo, y lo espectacular de su paisaje va a
traer días muy, muy agitados.
Lo que
sucedió esta mañana fue que me dio por echar un vistazo al cuadro de la bici.
Porque?, pues no lo sé, el caso es que esta partido, las uniones del acero se
han roto y acá no hay quien lo repare. Tengo que esperar doscientos kilómetros
mas, esperemos que Abisinia saque esa raza que la caracteriza y aguante un
poquito mas.
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Foto Liesbeth |
El gordo
motoneta no puede parar. Vive entre un estado de agitación y de hiperactividad.
La medicación no le hace efecto y le aplico una dosis de cervezas y rock and
roll en el pub del pueblo. Mejora notablemente.
El espacio
se acorta manteniendo la distancia. El miedo cae despacio. Se alejan palabra y silencio. Encuentros de contrabando.
“……….la gente que se da citas precisas es
la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el
tubo de dentífrico.”
Las carpas
hoy están cercanas. En el silencio de la noche comienza una guerra de pedos
acompañados de carcajadas que será recordada, pasará a la historia. Siempre
hablando de mis compañeros y siempre se me olvidó mencionar al omnipresente
pedo; el silencioso, el pintor, el ronco, el pastel, el lapa……..
Y lo que
pasó a la mañana siguiente fue que salimos a la búsqueda del Fitz Roy avisados
por nubes de lluvia y viento. Dormimos a sus pies y a las 4 a.m. arriba.
Recibir al sol del amanecer frente a sus paredes es nuestro objetivo. Para ello
tenemos que subir en la noche y encontrarlo desprevenido.
Comienza la
ascensión intuyendo el camino reflejo de luna. Hace frio y sudo, vamos deprisa.
Llegando a la morrena comienza a nevar. Continuamos hasta la laguna, aun no ha
llegado el sol y nos vamos a quedar helados. Ni pensar en meternos en los sacos
de dormir que hemos subido, se empaparían. La montaña manda y nos manda de
vuelta. Lucha perdida contra el gigante.
Amanece
entre nubes y cansados nos volvemos acostar. Mientras desayunamos se le intuye
tras el ramaje de los arboles. Se nos muestra hermoso cubierto con una capa de
gasa blanca, las nubes se agarran a sus paredes y lo hacen aun mas grandioso. Una
media luna que aun no se fue a dormir cuelga como una perla. Que lindo lugar,
magia de piedra y luz.
“Caminaba
senderos desconocidos donde la aventura era vida, donde la vida era aventura.
Perdí el miedo a vivir.”
Diario de
Van Birloq
El día es
largo y nos pasamos a ver al Cerro Torre, caminamos y caminamos, disfrutamos de
sangüis de palta entre panoramas extraordinarios, y las piernas en tanto
gritan.
Bajamos de
la montaña y Fer ha conseguido lugar para todos en los bomberos. Paella
valenciana gigante, nueve ciclistas hambrientos se juntan y derraman sus
cuerpos por los suelos. El agotamiento está presente.
El despertar
es difícil, de un lado despedidas, de otro fatiga. Hay planes de visitar la
tercera extensión mas grande de hielo del planeta. El campo de hielo sur. Son
tres días de marcha exigente, debemos de cruzar un glaciar y todo esta
preparado. Pero la realidad finalmente es otra.
La sensatez
aparece en diferentes formas, rabia, llanto……. aceptación sin mas. Se suspende
la excursión. Estamos al límite. Nuestras piernas no están acostumbradas a las
caminatas, no tenemos equipo, y el no descanso nocturno se acumula. Los planes
son para cambiarlos, tarde de escalada y la vida es larga. Otra vez será, no se
hagan drama.
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Mis primeros pinitos Foto Liesbeth |
Prendado,
prendido del paisaje mi bicicleta avanza sobre este continente americano. Se me
agota el camino hacia el sur.
Abandono El
Chalten en avioneta, así lo siento. Un viento muy intenso golpea nuestras
espaldas, no hace falta dar pedales para superar los 30k/h. Desplegamos
nuestras velas de camisetas y como cometas volamos sobre la ruta. Han sido noventa kilómetros en menos de tres
horas que hemos rodado acompañando el Lago Carrera. En él se vierten los hielos
del campo sur, los glaciares de lengua ancha vomitan bloques de azulado hielo que
flotan a la deriva sobre agua esmeralda.
Sabemos
del trazado de hoy, sabemos cómo se dibujaba nuestra carretera en el mapa y
asumimos que este aire que ahora nos empuja una vez llegados al final del lago será
de cara. Un cruce, un giro de 120 grados y paso de ser el hijo del viento al
hijo bastardo del diablo.
Girar
es imposible. Ponerme cara al viento es imposible. Me saca de la ruta, me tira
de la bici. Estoy en un llano con plato pequeño y piñón grande. No puedo
avanzar y decido esperar a mis compañeros.
Casi
no se escuchan nuestras voces, elevamos el tono bajando el rostro, evitando así
el golpeo de la arena en la cara. Decidimos rápido, tenemos hambre y vamos a avanzar, al menos intentarlo. Bien pegaditos nos protegemos, progresamos,
los relevos se suceden en perfecta sincronía, con mucho esfuerzo continuamos y
una hora y media mas tarde la carretera gira, se parapeta entre colinas,
podemos merendar en una estancia escondidos de lo que, al día siguiente nos
enteramos por los periódicos, fueron rachas de viento de 120 km/h.
Es
tarde, se va apagando la luz pero decidimos pedalear mas y mas. Buscamos un
lugar a cubierto y el destino nos entrega Luz Divina.
Un antiguo restaurante
abandonado en medio de la ruta será nuestro alcázar para esta noche. Tenemos
aposentos, los deslizamundos que por allí pasan, que no somos pocos, se encargan
de dejarlo limpito, mantenido. Polenta, suelo de parquet, un poco de vino, cristales
inventados para ventanas de madera, el viento
silba fuera y Cortázar cuelga de un muro.
Rebozados
en viento nos dirigimos hacia El Calafate, los últimos kilómetros se hacen aun
mas duros por el excesivo tráfico y una ruta sin arcén.
Javier ya
sabe que el cuadro de Abisinia está roto. Viene a buscarme con la furgoneta
para subirla hasta el taller, unos mates, unos bizcochitos e iniciamos la
reparación. La operación todo un éxito, hora y media de quirófano, estéticamente
se le va a notar mucho la cicatriz, pero la fractura ha soldado perfectamente.
Al día
siguiente revisando el resto de componentes noto que el eje delantero gira con
dificultad. En la única bicicletería del pueblo topo con la prepotencia del
dueño, que tengas buen día y me voy con una rueda inservible y sin posibilidad de
repararla. No se si mi respuesta ha sido fruto de orgullo, principios, o
chulería mía. Sea lo que sea ahora estoy sin bici, y no creo que pueda hacer
300 km de ripio en estas condiciones.
Alguien me
habla de Luciano y de su taller. Esta empezando, no tiene repuestos y abre
cuando quiere. Llego a la puerta y acaba de querer. Recién llegado de Buenos Aires después de una semana allá, ha traído
consigo toda la humildad del mundo. Además tiene un cono viejo y unos cuantos
rodamientos nuevos. Perfecto, gracias al Taller de la Bici y a Javier por su
amabilidad y por haberme dejado una bici semi nueva.
Con
la intención de abrirla me acerco a la puerta. Mi mano sobre el picaporte que
nunca alcanzará. Alguien se me adelantó
por medio segundo. La cercanía de ambos a la puerta hace que nuestros rostros
se topen, se encuentren a muy pocos centímetros. Lanzamos sonidos de algarabía,
nos abrazamos como en ataques espasmódicos, nos reímos y pronunciamos nuestros
nombres en voz alta. El resto de los presentes mira preguntándose; de qué coño
se conocen estos?.
Es
Marie, una parte de los suizos, de los legos, con los que viajé una semana en
Guatemala. Ellos también vienen de Alaska, son de la misma quinta. Sin saberlo,
cuando ya pensábamos no encontrarnos mas, acá estamos. Johane, llegara mas
tarde, se quedo luchando durante 70 kms mas contra un violento viento de cara. “Mejor
morir de pie que vivir arrodillado”. Él es así.
Aprovechamos
el rencuentro para enviar unas fotos y unos ánimos a un amigo común, a un Nando
febril. Nos llegan sus mails y coincidimos en diagnosticar que la temperatura
le está haciendo expulsar palabras cargadas de profundos sentimientos,
saturadas de amor. “Hasta la victoria siempre”. Él es así.
“
Me hice el tonto, me hice el delgado, me hice el sencillo, el transparente:
solo quería ser ciclista y correr donde no estuviera.
Luego
la ira me invadió y dije, Muerte, hija de puta, hasta cuando nos interrumpes?
Con estas vociferaciones mentales me sostenía mientras el doctor intranquilo se
paseaba por mis pulmones: iba de bronquio en bronquio como pajarillo de rama en
rama: yo no sentía mi garganta, mi boca se abría como el hocico de una armadura y entraba y salía el
doctor por mi laringe en bicicleta hasta que adusto, incorregible, me miro con
su telescopio y me separo de la muerte.
No
era lo que se creía. Esta vez si no me tocaba.”
Neruda. Laringe
Este
poema va por ti Nando y por todo lo que estas sembrando en tu camino.
Hay os dejo
10 minutos de Gambada para tomarlos de a sorbos cortos.
El
embudo del cono sur cada vez es mas estrecho. Esta noche somos trece los
ciclistas que nos encontramos alrededor de una mesa. Las fechas y la cercanía
del sur reúnen la manada trashumante.
Le
he dado vacaciones a la bici y a mi cuerpo que también las necesita. Por
segundo día salgo a la carretera a hacer dedo, quiero visitar el glaciar Perito
Moreno y el transporte es mas caro que la entrada al parque. Me siento
invisible al paso de los autos, ayer me di la vuelta sin fruto alguno y hoy
después de mas de dos horas, suerte.
Una
vez allí me enfrento a la inmensidad glaciar. Una gigantesca masa de hielo, de
un tamaño extraordinario, 60 metros de alto y 5 km de ancho, es retenida por
las montañas que lo rodean se escurre hasta derrumbarse en el lago. Fortaleza natural.
Despedimos
a Ana y Fer envueltos en miedo al regreso, el pánico al rencuentro con un país devastado,
el terror de la certeza de sentirte joven y no tener futuro.
Se
os llena la boca de democracia mientras nos llenáis la boca de miseria.
¿ahora qué, que nos queda?
elección o reelección
para mi es la misma mierda
¡Hijos de puta!
Las manos de Filipi.
Señor Cobranza
Entre
huanucos, pampa, y suris volvemos a la ruta que es lo que mejor sabemos hacer,
lo que sabemos disfrutar. Dos pedaladas y nuestras caras lo reflejan, nos
miramos y entre las comisuras de nuestro rostro se escapa felicidad, la
felicidad plena del que vive el momento, del que se siente soberano, libre.
Hoy
comparto rodada con Liesbeth, juntos en la ruta nos sentimos ciclistas de
televisor, nos complementamos perfectamente. Sabemos adaptar nuestros ritmos y coordinando
abanicos nos cubrirnos de un viento de costado que nos balancea durante todo el
día.
Stop!!!
Llegamos a la frontera, última estancia antes de cruzar, me voy a indagar.
Consigo casa de campo para todos, tenemos ducha caliente!!!! Hay tarde por
delante para compartir. No se pronuncia lo sabido, pero todos somos conscientes que esta será la última
tarde juntos en la ruta. El quinteto a partir de mañana no volverá a rodar
junto, tomará rumbos diferentes y ya no volveremos a compartir atardeceres
sobre la cicla, acabará parte de una larga historia. Última.
Alrededor
de la mesa se toca la guitarra y se lee en voz alta, se comparten poemas de
Neruda que no se pierde una, Galeano nos presta una tarde mas sus abrazos y nos
abre los ojos a una historia olvidada (ese olvido que nos condena a repetirla).
Voy preparando un cafelito, mientras me cantas una canción?. Por la noche en la
hacienda se apagan las velas, se disfruta el amor.
Otra
frontera, burocracia. Una vez mas debo de rellenar la casilla “profesión”, y
verdaderamente este es un concepto que me desubica, que soy? título o
sentimiento?
Encaminados
rumbo al parque de las Torres del Paine la pampa se extiende dando alcance a un horizonte remoto. Las montañas se elevan
rompiendo la bella monotonía del paisaje. Una vez mas roca y hielo.
“Las
montañas son maestros mudos”
Goethe
Pero
es época de gigantes amigo Sancho y en la ruta los encuentro. Cabalgan sobre pesados
caballos de acero, portan su casa sobre ellos, vienen de lejos, son germanos y sabios. Con 69 años se lo pueden permitir.
Tengo
el placer de rodar con esta pareja durante kilómetros. Llevan mas de cuatro
meses en la ruta, están bajando por la carretera Austral y son encantadores.
Nos habíamos conocido en el camping del Calafate y no os podéis imaginar la
motivación que es ver una pareja como ellos. Como son capaces de codearse con
toda la chavalería del pelotón siendo uno mas, como se transmiten amor y
respeto de pareja. Armonía y paz interior la de estos gigantes.
La
llegada al parque estaba cargada de sorpresas. La primera y desencadenante de
las demás fue conocer a llamémosle Zacarías. Él es guarda del parque y después
de buena plática nos deja pasar gratis, un lugar donde acampar y otro para
dejar las bicis guardadas durante los días que estemos paseando la montaña. A
la fémina del grupo incluso la invita a cenar.
Aterradora
tarde de mosquitos al lado del rio y visita de una mofeta a la noche. Tenía hambre
y poca vergüenza el animal. Por si era poco por hoy no podía faltar otra
rotura. Esta vez es mi colchón quien dice basta y le aparece un bulto de tamaño
de mi cabeza. Ya ni descansar tranquilo puedo.
Nos
despertamos frente al lánguido rostro del Arthur que nos anuncia que no va a
caminar, sus zapatillas destrozadas no se lo permiten. Así que me quedo solo
con la belga. Agarramos las mochilas y subimos al monte. El gordo motoneta
pierde el monedero con todas las tarjetas y la guita dentro, a la noche
montando la carpa aparece de nuevo, y no puede parar.
Los
días de paseo transcurren entre viento, sol y nieve. Los bosques apabullados
de niebla se tornan laberintos
misteriosos. Disfrutamos de larguísimas caminatas recompensadas por hermosos
paisajes de alta montaña y buenas acampadas. Galopan los caballos al anochecer,
estallan las nubes.
Después
de tres días bajamos de las montañas. Ya sin comida nos rencontramos con
nuestras bicis. Liesbeth tiene prisa disfrazada de pereza y toma un bus. Esta es
mi oportunidad, decidido, me quedo con mi soledad que se asoma ofreciéndome oleadas de placer. Ruedo seis kilómetros y meto la carpa en laguna Amarga frente
a las nubes que esconden las torres. Polenta y a dormir, estoy consumido.
Madrugar para ver el reflejo de la luz sobre
la roca, solo niebla. Con el saco de dormir cubriendo mis piernas cocino mi
última dosis de avena en el avance de la carpa. Observo un amanecer fallido,
recojo y me subo a la bici, soy feliz. Solo yo, me acompaña el silencio, me
acaricia el viento y ruedo azotado por ráfagas de agua. Un arco iris enmarca el
camino a seguir y sobrevolándome, dibujando círculos exactos, seis cóndores
despliegan sus alas de abanico negro.
dejando
caer gotas amarillas.
Viene
un cielo negro, bien apretado de nubes, se intuyen cortinas de agua. Agacho la
cabeza, apoyo los codos en el manillar, vuelo. Durante kilométricas rectas me
entrego sobre la espada de Induráin. No consigo escapar. Antes de llegar a
Cerro Castillo me agarra la tempestad.
El
viento me zarandea como un pelele, me empuja de lateral alcanzando una
velocidad increíble. La situación se me hace incontrolable y decido tirarme al
suelo, ruedo por la arena, el manillar de la bici da tres vueltas destrozando
el freno delantero (el único que me quedaba operativo), no tengo capacidad para ponerme en pie.
El
agua que se cuela entre mis ropajes empujado por la ventisca, la temperatura
baja rápidamente y por acá, a estas horas, no pasa nadie. La bici esta
bloqueada, el frio atiere mis manos que no tienen fuerza ni la agilidad
suficiente para aflojar una tuerca y liberar la rueda. De una patada consigo desbloquear
el freno, pero con la bici no puedo ponerme
en pie.
El
plato se me clava en una pierna de nuevo, ahora no importa la sangre, consigo levantarme,
camino al lado de la bici pero no la controlo, empujado por la tempestad voy al
trote, no puedo parar, esto es un infiernoooooooo.
Han
pasado diez minutos y entre las nubes aparece el sol, y de nuevo el arco iris.
Agotado, me siento sobre la tierra húmeda. Joder!!! estaba perdido, soy
insignificante, que fuerza tiene la naturaleza, es bestial. Luego me llega la
voz; Lázaro, heyyy loco, que hacés?? levántate y anda. Lucha con un gigante
Ya
en Puerto Natales rencuentro a mis compañeros después de un día difícil, largo,
madrugador, y veloz. Llega el momento del reposo y de una ducha bien caliente.
Noche de festejo en este pueblo donde la gente y los locales son lo mas
parecido de todo el viaje a los de mi barrio, a los de Carabanchel. Disfrutamos
de melón relleno con vino blanco y música regional. Me sentía como en la Tasca
Negra.
El
Urs (pinche) reaparece en mi vida haciendo mucho ruido. Se me come el dulce de
leche, me hace desaparecer las papas del horno y quiere continuar con la hamburguesa,
no es pa´matarlo?. Nos conocimos en Oaxaca una pletórica noche de cumpleaños,
luego lo encontré en San Cristóbal rezumando excitación uruguaya, mas tarde lo
agarre por los pelos en La paz donde comimos salteñas como cabrones, y ahora como
por arte de birlibirloque salgo de la ducha y lo tengo frente a mi de nuevo. Él
es otro de la promoción de Alaska 2011.
Las
nubes, las montañas, la luz, crean un decorado de desolación, de lejanía, de
fuerza natural. Sobre el mar se respira una inhóspita y agradable atmósfera de
fin del mundo.
Y
desde allí nos preparamos para la última etapa del viaje. En unos tres días
dejaremos la Patagonia y cruzaremos a la gigantesca isla de Tierra de Fuego. A
los tres nos queda el último empujón para llegar a un fin. Es el cierre de un
gran paso, un cierre que siento lejano estando tan cerca.
Me
desperezo sobre mi cielo patagón sobresaltado por un ir y venir de viajeros
bulliciosos. Me asomo a la ventana desafiando al infinito, y me veo en el último
rincón del mundo gritando al mundo; Che boludos, un abrazo zarpado!!!!!!!.
Voy
a colar dos “bonus track”, un poco de texto extra para los que han llegado
hasta este punto de una, sin quedarse dormidos y aun quieren mas.
Primero
os dejo con unas palabras de Mauro, el de Villa O´Higgins, el del camping, ese
melenudo amante de Cortázar.
“Las personas nacen cuando se conocen”…leí una
vez por ahí. Y doy fe que desde que este grupo de maravillosos locos en
bicicleta pasaron por el eco camp, nada ha vuelto a ser igual. Como que ese día
nacimos de nuevo, dejando atrás (al menos por un rato) nuestras historias
anteriores y sólo fuimos risa, canto (nadie como Nadia) vino y poesía. Traían
en sus alforjas la locura propia de los que deciden viajar sin tiempo, la
independencia del sin tiempo. Entonces al sur en cleta, y arte de bicibirloque
y miles de sueños propios, pero comunes al final del dia. Hay un eco que se
extraña, la risa, la guitarra…..putamadre que se les extraña…..Nadia, José,
Jorge Arthur, Liesbeth, Ana, Fernando….un abrazo del porte de los sueños.
Y ahora con
un regalo a modo de texto que me envió desde el ateneo de Usera su
presidente.
“Dichosa edad
y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y
no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima,
se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los
que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de “tuyo” y “mío””.
Miguel de Cervantes. Don Quijote de la Mancha
Marco, gracias por seguir alimentando mi mente y mi corta inspiración.
Que decir cuando sobran las palabras?, que decir cuando lo unico que se puede decir es gracias?, pues eso, gracias querido Jorge por darme lo que me das, por darnos a muchos las ganas de volar, gracias Jorge por estar hecho de la pasta con la que estas hecho, esa que no se encuentra en cualquier sociedad, gracias Jorge por escupir sinceridad y humildad a traves de tus palabras y tus maravillosas fotos, gracias, gracias, gracias, como ya te dije me encantaría que no te vayas, un abrazo de todo corazón, hasta ahora, cuidate mucho
ResponderEliminarSALUD Y BUEN CAMINO NANDO.
Un abrazo Nando y otro que me guardo para cuando nos ENCONTREMOS.
EliminarMil gracias.
Jorge
Que cronica !!!! Muchissimas gracias para todo !
ResponderEliminarSe fue increible de encontrarte otra vez en el camino. Un camino hecho de gente mas o menos locos pero todavia con un corazon gigante !
Te mandamos un abrazo grande desde Salvador Bahia en Brasil donde los turistos son locos en las calles !
Al menos podemos subir en el barco y tentar de olvidar esta locura que es nuestra sociedad !
Un beso de los suizos de la promocion Alaska 2011....la mejore de 2011 :-)))
ciao
Marie y Johann
Que lindo es encontrarse en la carretera dos corazones que estan locos, suben volcanes y dan pedales!!!!!!!
EliminarGracias por el regalo de compartir el viaje!!!
Jorge
Yo honro el lugar dentro de ti donde el Universo entero reside. Yo honro el lugar dentro de ti de amor y luz, de verdad, y paz. Yo honro el lugar dentro de ti donde cuando tú estás en ese punto tuyo, y yo estoy en ese punto mío, somos sólo Uno.
ResponderEliminarNamasté Jorgito
Marco
Ya queda menos para compartir universos físicos, para compartir boludeces y abrazos, para cagarnos en tó y seguir disfrutando.
EliminarAbrazo grande.
Jorge
envié un mensaje en cuanto ví este blog, pero veo que no lo publiqué !!! en él te decía Jorge, mi GRAN AMIGO, que otra vez mi ENHORABUENA por todo lo que transmites y eres y por hacernos viajar . Creo que has encontrado al fin lo que te hace feliz y desde mi profunda admiración y cariño te pido no te alejes de esas preciosas sensaciones que has vivido y sentido. Que lo sigas disfrutando y no te alejes de toda esa gente maravillosa y loca que has ENCONTRADO sin BUSCARLAS, como pone en la frase de la foto que has colgado. EN BREVE estarás de vuelta y quien te quiere sabrá aceptar y entender que con toda seguridad y cuando se recupere ABISINIA vuelvas a "Rodar".
ResponderEliminarun abrazo inmenso y.....
¡¡¡ SALUDOS DESDE MADRID A TODA ESA GENTE QUE HA ESTADO CERCA DE TI !!!!
olvide firmar: TERESA
EliminarDicen que el hombre es del tamaño de sus sueños.
EliminarCreo verdaderamente que el hombre es del tamaño de sus amigos.
Todo lo que veis en mi no es mas que un reflejo de vosotros, por ello a los amigos de aqui y de allí, a los de antes y a los de ahora que serán los de siempre, mil gracias por compartir y enseñarme todo lo que dais día a día.
Gracias Te, ere las hostia.
Un abrazo enorme.
Jorge
Grandes parajes, hermosos paisajes, buenos momentos e inmejorable compañia...¿qué más se puede pedir?...vive el día a día, la hora, el minuto y el segundo como si hubieras acabado de nacer y quieres descubrir el mundo...me alegro mucho que tu aventura te aporte todo lo que hace tiempo estas buscando...un abrazo amigo.
ResponderEliminarJmm
Bueno, no te pongas asi que tampoco es para tanto!!!
EliminarUn abrazo Morenín,
nos vemosssssssssssssssssssssssssssssssss ya mismito.
Jorge
Pero qué bien te lo estás pasando "cabrón" (con todo cariño).
ResponderEliminarSobran las palabras.
Mire Caballero Navarro,
Eliminarme gustaria decirle que solo hay un adjetivo que me gusta oir mas que el de cabron, es el de LOCO. Pero ese tambien me gusta.
Un abrazo y nos vemos.
Jorge.