Viajar en bicicleta por arte de magia, de encantamiento.
ENCONTRANDO EL SUR II
Metraje: 480 días aprox. Nac: Mundana, Genero: Realiti de aventuras, Catalogada: No recomendada a familiares cercanos.
Si hay algo que une a todos los seres humanos es el deseo de ser felices. Esta voluntad es el motor que activa y determina muchos de los pasos que van a dar Abisinia y Van Birloq en este largo viaje.
La falta de esperanza comienza a recortar sus sueños. Aburridos de esperar y de seguir esperando, de que nada cambie y de que nada venga, deciden perder el miedo a la vida y comenzar a trazar el boceto de su destino. Juntos parten en un viaje que les lleva a recorrer el continente americano restándole importancia al que y dándosela al como.
Este documental reúne la sabiduría y experiencias personales de esta ecléctica pareja en torno a un tema tan universal como es la búsqueda de la felicidad.
El sol de Rio Negro, edición de la mañana.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Días de asado, vino y siesta
Argentina II
(Cachi, Cafayate, Chilecito, Rodeo, Uspallata, Mendoza) 1423km, 11190 m+
Sucede que soy y que sigo.
Pablo Neruda . Pido silencio
“Aquí
estoy, lector, otra vez sobre las blancas cuartillas buscando asunto. Es una
verdadera esclavitud esto de tenerse que comunicar de tiempo en tiempo con el
público; ¿Qué remedio?. Lo mejor, claro está es escribir uno cuando se le
antoje y sobre lo que se le antoje y entérese bien. Es mejor hacer con los
escritos un amigo, un verdadero amigo, que no cien meros lectores.”
Miguel
de Unamuno. Soliloquios
Normalmente una entrada engloba un
periodo de tiempo de unas dos semanas de andanzas. Esta que vais a leer, o
simplemente echar un vistazo rápido a las fotos, transcurre durante un mes. No
encontré tiempo, ganas, momento o inspiración, para hacerlo de otra manera. Advierto
que seguirá un orden cronológico solo en su principio y fin, el resto serán
historias mezcladas en el tiempo, porque verdaderamente no están sometidas a
él. Surgieron del azar, son hijas de un mes en el cual la vida pasa sin orden
ni quien tenga ganas de ponérselo. Y es que una buena siesta tiene la virtud de
cambiar cualquier tipo de planes.
Ahh olvidaba, otra advertencia también
quiero hacerles. Si están esperando encontrar las hazañas de un ciclista aventurero,
en esta ocasión se han equivocado de blog, han errado en su elección. En esta
entrada encontrarán las venturas y desventuras de un Ciclista Bodeguero, que
cambia el sufrimiento entre montañas andinas por la juerga en sus valles.
Ahora si, ahora estoy aquí y
digo…………..
…….unos días de descanso en Cachi con
la familia del Hostel Viracocha fueron suficientes para un cuerpo que nunca
llegó cansado. La euforia seguía atiborrando mis venas, y mi corazón quería
explotar. Ni los hermosísimos atardeceres que día tras día m regalaba el monte
Cachi, ni mi pertinaz dolor de espalda podían retenerme.
Echarme de nuevo a la senda era el mejor
remedio para dejar atrás días de relax. La Ruta 40 con su poco transito debido
a la ausencia de asfalto es la mejor de las opciones para seguir en solitario,
algo que ahora disfruto y necesito.
Miguel “el Gaucho” me da cobijo bajo
un algarrobo. Allí vivió él durante dos años. Un grifo y una conexión eléctrica
atornillada a una rama son sus servicios básicos. Finalmente un viento Sonda
incansable me echa a la caseta donde él ensilla a los caballos, a esta le falta
el techo, la luz y el agua, pero sus cuatro paredes son un acogedor hogar para
mi.
Después de haber compartido una
sabrosa cena y una excelente conversación sobre filosofía viajera con la
familia gaucha, al despertar, me encamino hacia la Quebrada de las Flechas.
La
piedras en finas rodajas han brotado de la tierra, oblicuas se apoyan unas
sobre otra, como fichas de dominó a medio caer, consiguiendo así llegar a un
equilibrio de frágil apariencia. La forma puntiaguda que las corona da nombre a
este espectacular paraje. Tengo agua y el lugar lo merece, porque no
aprovecharlo para vivir acá un atardecer?. Decidido a dormir entre
tanta belleza geológica planto la tienda –hoy si- bajo un algarrobo, al remanso
de las cabras. Pegado al rio espero que la noche llegue.
Humeante
la cacerola, la cebolla comienza a freír, el olor a comino baña el ambiente y
ya queda menos para cenar. Este momento ceremonial del día después de tanto
rodar y rodeado de naturaleza es un placer indescriptible.
Me
duele la caricia del viento. Él ha barrido mis energías y llego apurado al
final del día. Esta noche el cansancio se queda a dormir conmigo. Legañoso
y con el pelo alborotado despertamos abrazados. Demasiado trote para una tienda
tan pequeña.
Un espíritu vacacional adereza el
desayuno, no tener que enfrentarme a la tarea de ascender grandes desniveles y
el clima primaveral que me acompaña están dando otro sabor a esta etapa del
viaje.
También he descubierto que existe una
gran diferencia entre ser lento y hacer las cosas relajadamente. Desayuno y
recojo, todo a mi ritmo, esto me lleva mas tiempo de lo habitual pero me
permite saborear aun mas cada trago de aire. A escasos metros, recién comienzo
a rodar, observo al cóndor. Una tropa de pajarracos me sobrevuela. Si el paisaje
era lindo esta es la guinda, los tengo al lado.
"No pintaré más la flecha
que se mira en la gota de agua
que tiembla en la mañana
cuando silba en el viento.
Ya no pintaré más la flecha
ni la hora escrita
que el columpio se lleva
con su risa,
prefiero escribir las palabras solas,
solas palabras
que han de cantar tu nombre"
Pablo Picasso / Enrique Morente
Son muchos los kilómetros acumulados
sobre ripio y combinados con este viento argentino que no conoce de rumbos, ni
de horarios, parecen aun mas. Sumido en este combate mental llego a Cafayate,
tierra de bodegas y de viñedos que dan color a un paisaje que ya lo necesitaba.
Y en Cafayate me encuentro con “la Gabi”.
Habíamos compartido dormitorio en Cachi y nos encontrábamos de nuevo. La
entrada al hostel simplemente triunfal, recién rodados unos 80 calurosos kilómetros
estaban con la mesa servida a punto de comenzar a comer. Hay un plato mas para
el ciclista y no hay duda, acá me quedo. Una vez en el patio conozco cinco
cicloviajeros mas, y planificado para la noche asado y concierto de Nadia y
Jose, pareja que acaba de comenzar su aventura en bici acompañados por su
guitarra.
El resto os lo podéis imaginar. Después
de tanto tiempo sin comer carne de verdad, carne de la buena, aparece mi instinto
carnívoro. Con la barriga llena disfrutamos del vino y la música alrededor del
fuego.
Resaca y un día mas en Cafayate lo que
me llevara a conocer a mas gente, a compartir mas conversaciones alrededor de
un plato o de un vaso y a despertar con otra resaca. Con el cerebro un poco
acorchado, monto el equipaje y salgo temprano con la intención de huir. En la
calle esperan ya preparados para la partida varios rodamundos y entre ellos el
Arthur. Aparece un mes mas tarde después de su periplo boliviano y se une al
grupeto. Al final del día solo seremos cuatro.
Cae la tarde y nos volvemos a encontrar. Foto Jose
En
una de estas el Artur y yo nos rezagamos y el viento de cara nos agarra en una
recta de mas de treinta kilómetros. Esto nos aparta definitivamente de los
chicos que pasaron sin viento por allí y ya están lejos. Seguimos trabajando
hasta rendirnos. Al lateral de la carretera encontramos una casa abandonada.
Estas cuatro paredes nos cuidarán de pasar una tarde noche difícil. Una vez que
conseguimos abrir la puerta, la sorpresa. Un penetrante olor a grasa de
cordero, tanto que casi se puede masticar, nos golpea. La estancia recién ha
sufrido un incendio y colgando de una de sus achicharradas puertas vemos tiras
de grasa. A sus pies pieles que debemos de sortear para buscar un mejor lugar.
No tenemos mas opciones, nos quedamos en la casa del silencio de los corderos.
Si
alguien se pregunta, Que hacen ahora en Londres??? Pues yo te lo digo. En el
camping de este pequeño pueblo nos curramos nuestro primer asado argentino en
solitario. Una vez aprendida la técnica, compramos unas tiras de costillas,
unas papas y berenjenas para estrenarnos en este arte. Todo un éxito. Ni nos
sentamos. Comemos y charlamos en pie junto a la carne que tal y como va
saliendo de la parrilla va cayendo en nuestros estómagos. De aquí salimos con
una lección bien aprendida; Para dos comensales (ciclistas), una botella de
vino es poco y dos kilos de carne son mucho.
Dormidos
sobre una plaza de pueblo alguien nos despierta súbitamente. Joder que
susto!!!!, Nadia y Jose, nos han alcanzado. Los habíamos adelantado sin saberlo
y ahora nos agarran en el camino. De nuevo se junta el pelotín. Los cuatro
ocupamos toda la senda colocados en paralelo, gastamos bromas, contamos
aventuras y hacemos apuestas para saber cuántos kilómetros tendrá la recta
sobre la que rodamos. El espíritu de Verano Azul vuelve a la carretera.
Rodamos y descansamos, comemos y
dormimos, bebemos y festejamos. Los días transcurren lentamente, sin pausa.
Cualquier motivo es bueno para no salir a la ruta el día siguiente, y si no se
rueda, cualquier motivo es bueno para al anochecer preparar otro asado.
Los días que se rueda tienen muchos
condicionantes, demasiados diría yo. El hambre y el calor te obligan a parar a
comer a eso de las 13h. Algunos días es como rodar por Andalucía en pleno
verano, llegamos a los 40ºc. Después de un buen bocata y con esas temperaturas
no tienes mas ganas que de extender tu cuerpo en la plaza y echarte una buena
siesta –casi de pijama y orinal- y después………… difícil decisión. Continuar es
duro y normalmente el viento o una pequeña brisa te convencen para pernoctar en
el lugar.
Avanzamos por caminos por los que en
unos meses pasará el Paris Dakar. En el paisaje no faltan largas rectas por las
que avanzas sin llegar a su fin. Una repentina ráfaga de viento nos saca a los
cuatro de la carretera como quien sacude las migas de un mantel. Comienza la
lucha, avanzamos hacia el collado esperando una buena bajada tras la cumbre.
Sorpresa, del alto hasta la bajada hay un falso llano de 7 kilómetros. No mas
viento!!!!!.
El Arthur encuentra un parapeto bajo
el peralte de una cuneta y allí nos instalamos. Una vez dentro de mi carpa, ya cambiado
y seco me decido a leer, pero al asomarme a la puerta veo a los tres compañeros
helados de frio. No quieren montar la carpa porque no resistiría los golpes de
viento. Ya han tenido malas experiencias. Caliento agua para un té y los invito
a pasar a la mía. En la puerta construimos un parapeto con las alforjas y
comienzan a entran en calor.
La tarde pasa y el viento no remite,
esta noche dormiremos tres en mi carpa. Tiene capacidad para dos pero si no te
sorprendes al ver salir tantas sardinas de una lata, nosotros podemos entrar en
la tienda.
La noche transcurre entre oleadas de
viento, la carpa se agita como si estuviera poseída y nosotros ni nos movemos,
tampoco podemos. Fuera, entre el parapeto, apostado contra la puerta duerme el
Arthur. Bien entrada la madrugada oigo el ruido de un motor que se detiene
encima de nosotros. Los pasos se acercan,
_ quién anda ahí fuera?? Grito.
_ Buenas noches, somos policías, hemos
recibido un aviso de que había un carro volcado en la cuneta. Han oído algo?.
En la noche, alguien había confundido
la carpa con un coche siniestrado. Buenas noches y a seguir durmiendo.
Los domingos un penetrante olor a
asado esta presente por las calles argentinas. La llegada a Chilecito nos
separa de los chicos, ha venido la familia a verlos y van a compartir juntos unos
días. Pero…….. mira tu por donde nos hacen participes de un fin de semana
familiar.
Disfrutamos de la compañía de todos, y
especialmente de las abuelas. Cada una con su carácter son personas de las que
aprender. El Fernett con coca aparece como un fantasma después de las doce.
Antes desaparecieron de la mesa las tiras de asado, las empanadas caseras, la
lasaña artesanal, las milanesas de ternera. Redios!!!! que hinchazón. Os imagináis
once personas haciendo siestas de 2 horas al unísono?. Un piscinazo para
desperezarnos y otra vez a la mesa. Bueno…. que os puedo decir. Vivir en esta
opulencia cuando se lleva tanto tiempo viviendo en la austeridad, le hace
sentirse a uno como el rey de copas asociado con Carpanta.
A toda la familia mil gracias, mil
veces. Me hicisteis sentir muy bien. A la Nona, que tan bueno hizo con la
llamada telefónica a mi casa, mil gracias mas.
Ushuaia, cada vez esta mas cerca.
Allá a lo lejos en el fondo de mi
subconsciente vislumbro el fin de esta aventura. Aun es lejano, pero su
penetrante esencia me llega a ráfagas.
Llegando a Pachaco, un punto en el
mapa, un pueblo al lado del rio, no encontramos nada. Un oasis alejado de la
ruta atrae nuestra atención y la de nuestros fatigados cuerpos. Finalmente esta
noche la pasaré en el calabozo de la
comisaría. Hace ya tiempo que está abandonada y no encuentro lugar mejor donde
tirar mi colchoneta.
Un solo mapa, diferentes caminos.
Antes de partir me paso por una
capilla cercana, el Artur levanta la tapa del ataúd que la habita y allí descubrimos
una momia. Está cubierta por ofrendas de
los lugareños. Yo me voy de aquí.
Con
la cordillera tan cercana, sintiéndola diariamente, no puedo resistir la
tentación, abandono el valle, la buena vida y me dirijo a subir de nuevo a los Andes. Un paso a 4700 metros, el
de Aguas Negras es mi objetivo. Vuelta a las andadas, de nuevo ropa de
invierno, a cargar comida para varios días. Al llegar a la aduana nos echan
atrás. Están reparando la carretera y hay continuas voladuras para quitar el
hielo que aún arriba se acumula. El paso permanecerá cerrado quince días mas.
Foto Jose.
Este
es mi adiós a los altos Andes, era mi última oportunidad de volver a las
alturas. Es mi adiós definitivo a cruzar esas grandiosas montañas sobre los que
he galopado durante mas de cinco meses –los Andes que me quedan por delante son
mas bajos-. Ellos me han mostrado en varias ocasiones mis capacidades y mis
limitaciones, para no dejar de sorprenderme a mi mismo.
Sin
resignación, algo bueno vendrá en su lugar, continuo mi camino en este
semidesértico paisaje, donde el agua forma pequeños oasis repletos de vida. Correteo
por senderos de tierra entre un arenal sediento. Me siento golpeado por la
fusta del sol, un sol que quema la fina capa de polvo que moldea todo mi
cuerpo.
La Quitapenas en su terreno.
Resulta que
el plato mediano de Abisinia sigue perdiendo dientes y esto me preocupa, vamos
a pasar del ratoncito Pérez a la dentadura postiza en dos días. Ahora solo
puedo rodar con dos platos, el grande y el pequeño.
Mi
presentimiento –al cual no hacía mucho caso- de que me iba a enamorar de
Argentina se está convirtiendo en una realidad. La manera de entender la vida
del argentino conecta bastante con la mía. Personas comunicativas a las
cuales les gusta compartir alrededor de una mesa, de un vaso de vino. Me siento
bien acá.
Un ser del extramundo, o del intramundo??
Estoy
madurando como viajero???, simplemente evolucionando??. Quizás me este haciendo
viejo?? (seguro que si). Estoy viviendo otra etapa del viaje donde el clima y
mi experiencia marcan diferencias. Ahora cualquier excusa es buena para
descansar un día, incluso no me hacen falta autojustificaciones, me paro
porque tengo ganas de ello.
Salva tu alma, dicen.
Mi
espíritu aventurero se ausenta, le doy el mes libre, y le cambio por mi
espíritu de vividor. Me decido a rodar valle abajo, allí donde suben las
temperaturas. El rio cerquita, y la camiseta, el bañador y las sandalias como
indumentaria. Las consecuencias de todo esto es que ya no estoy tan delgado,
aparecen los primeros michelines, eso si, la barriga se mantiene firme.
Nadia
y Jose nos enseñan los secretos de la buena pizza artesanal, como hornean estos
locos!!!! Con el buche lleno y preparándome para dormir al raso, el reflejo de
la luna sobre las nieves del Aconcagua ilumina mi almohada como una tenue luz
de mesita de noche. Muchos son los recuerdos que me llegan de las ilusiones
puestas por mis amigos en el intento de hollar esa cumbre. La expedición
“Empanadillas”, y antes que ellos fueron parte de los
componentes de la expedición “Katiuskas” quienes lo intentaron. Un abrazo a
todos y que sepáis que tengo muchas ganas de agarrarme un “mal de altura
fernettico” con vosotros. Agárrate Villuendas!!!!!
Recibo mi primer no de una de las
navieras que viajan a la Antártida para viajar “gratuitamente”. Insisto. Tantas
veces me dijo mi padre “eres mas pesado que una burra en brazos”, que lo
intentaré hasta el final.
En plena faena. Foto Jose
En
todo este periplo paso días de preocupación. En casa andan de hospitales y
vivir esto desde la lejanía se hace difícil. Estar lejos de la familia en
momentos delicados en los que sientes su sufrimiento, se hace duro. Su edad y
mi madurez me crea una imagen de fragilidad, en ocasiones les siento indefensos como niños. Es duro, pero esta es una
parte mas del viaje. Cuando sales de casa sabes que estas cosas pueden ocurrir.
Y
ya que estamos de esta mano aprovecho para compartir cosas que considero son
importantes, que debemos saber, porque no todo en un viaje es lindo, también
aparecen momentos difíciles de digerir.
Voy bajando una cuesta acompañado de
un francés y de un venezolano y al lateral de una curva nos encontramos con
cuatro ciclistas mas. Son rara avis, dos de ellos viajan en bicicletas
reclinadas y una pareja viaja en tándem. Saludos, bromas, fotos y despedidas. A
los “tumbaos” los volveré a ver en el camino, no así a la pareja de recién
casados que van hacia el norte. Se han
lanzado a vivir un sueño, disfrutar su luna de miel viajando en bici
alrededor del mundo. El otro día en Trujillo (Perú), un tráiler acabo con una
vida y un sueño de un solo golpe.
Algo a tener muy en cuenta cuando
andamos por la ruta, cada uno sabremos como. Desde aquí un profundo abrazo a
esas familias que lo están sufriendo.
Llegamos a Lujan de Cuyo con la
intención de no cruzar Mendoza en bici. Dos parejas conocidas han sido
asaltadas en las a fueras quedándose sin nada. Una vez entramos, nos comienzan
a fallar los contactos donde íbamos a pasar unos días. Un pueblo grande hace
mas difícil encontrar donde descansar, y por primera vez en el viaje voy a
recibir un “NO” de los bomberos. Como no hay mal que por bien no venga, esto me
empuja a buscar lugar entre unas cabañas de lujo que rodean el barrio y en una
de estas conozco a Oscar. Retirado y amante de la aventura a lomos de su moto
nos acoge y compartimos buenas veladas juntos. Millón de gracias Oscar, sería estupendo reencontrarnos en el sur.
Desde el
faro de mi cielo, donde observo con rabia y desprecio como los “manejantes”,
que se proclaman demócratas, salpican de mierda el mundo. Esos mismos que nos crearon una necesidades
innecesarias para ahora quitarnos todo excepto las deudas y de este modo someternos
y convertirnos (aun mas) en sus esclavos. Un groso
abrazo flacos.
Bueno
Don Miguel, se que la inspiración es tímida y se aleja de mi cuando me ve
en compañía. La gusta encontrarme solo para intimar. Pero después de todo no ha
sido tan duro enfrentarse de nuevo a estas líneas, a estos lectores. Creo que
verdaderamente son buenos amigos. Conociendo de sus gustos aquí le dejo un video que me envió nuestro querido amigo Lorenzo. Usted bien sabe que estamos faltos de eso que es la base de la educación. La conciencia.
vamos!!!! salir del agujero, abisinia y tú, ya lleváis bastante tiempo dentro :) Es hora de contarnos más cosas de este fantástico y envidiable viaje !!!
VAYA LECCION, Y VAYA DISCURSOS... la piel de gallina. Ojala todos tengamos el valor de corregirnos y ser simplemente sencillos y buena gente.
ResponderEliminarGracias por tu blog, y por este vídeo enviado ya a toda mi gente.
A seguir pedaleando y a seguir descubriendo buena gente y preciosos lugares!!!!!
LA P.green :)
vamos!!!!
ResponderEliminarsalir del agujero, abisinia y tú, ya lleváis bastante tiempo dentro :)
Es hora de contarnos más cosas de este fantástico y envidiable viaje !!!
firmado:
la garrapatilla